Columnas

Educación a través del tiempo: comparativa entre métodos tradicionales y modernos en la formación de las nuevas generaciones

Por estudiantes de la licenciatura en psicología
Ana Zarate Magaña
gaspar Isaí Centeno
Gael Valtierra Ayala 

RESUMEN

En este artículo se nos hizo pertinente mencionar la discusión tan manifiesta dentro del sistema de crianza en nuestro país, considerando los aspectos más latentes ya que la cultura repitiendo patrones negativos que suelen ser generacionales evitando la transformación y actualidad de las técnicas de crianza que si benefician a las infancias del ahora, y aquí se podrá ver la diferencia entre un método y otro, considerando aspectos positivos y negativos de cada uno.

Considerando autores pioneros en la investigación de estos aspectos es como se puede asegurar que los dos tipos de crianza más significativas en nuestro país es tema para considerar por todos nosotros, aun así, seas padre o no lo seas, porque indirectamente las infancias están en manos de cada uno de nosotros como la voz que los representa (aunque la suya no pasa por desapercibida) desde el razonamiento que ellos aun no poseen como una cualidad significativa.

MÉTODO DE CRIANZA TRADICIONAL

La forma de crianza en México hace algunos años era de una manera más disciplinaria y autoritaria. A menudo se utilizaba la violencia Física como forma de educar, había un enfoque fuerte en el condicionamiento a través del miedo y la obediencia estricta.

Este método empleado no tiene fecha de inicio como tal, la forma de crianza más autoritaria y disciplinaria ha sido una práctica arraigada por muchos años, todo con una influencia enorme por las tradiciones culturales y normas sociales.

En México y en muchas culturas ha existido la práctica de utilizar métodos disciplinarios que se pueden ver como “violentos”. Entre estos se incluyen los físicos como palmadas, nalgadas o golpes con objetos, y el empleo de un tono de voz elevado y amenazante. En la escuela, los característicos castigos que a generaciones pasadas les tocó experimentar y que a menudo se recuerdan como verdaderas formas de “educar”, como las nalgadas o golpes con regla, aislamiento o humillación, acompañado tono de voz alto y severo. Todas estas maneras aceptadas como “normales” para mantener el orden y el control en el aula.

Incluso todo el sistema se centraba en estos pilares:

  • El profesor, como poseedor del saber.
  • Todo el contenido transmitido de una forma oral.
  • El proceso de aprendizaje del alumno consiste en escuchar, comprender y memorizar.
  • Los exámenes como prueba para evaluar si los alumnos adquirieron el conocimiento.

El objetivo principal de la educación era la transición del conocimiento, este impartido por el maestro, considerado la autoridad máxima. Así, los alumnos aprendían tal cual la información sin poder dar su opinión o algún tipo de aportación que enriquece el aprendizaje para un mejor entendimiento.

Todo esto es relacionado con la enseñanza en el ámbito escolar, pero no dejemos de lado en lo ocurrido en el hogar. Desde la educación en casa se refuerza esto, el cómo los padres ponían los límites para evitar que el “menor” llegara a tener un comportamiento fuera de control. Pero ¿Realmente esta era la forma acertada o más efectiva que la actual?

Tomemos en cuenta las consecuencias tan lamentables que sufren actualmente ese sector de la población que creció con ese modelo. Desde traumas severos por los daños físicos y psicológicos, como la falta de empatía por parte de los padres y maestros.

Aunque no todo es malo, lo que la mayoría de las personas mencionan, es que esa forma de educar “es, fue y será” la más efectiva, siguen con la idea de que somos “como animales” que funcionamos a través del condicionamiento y que de esa manera se logra la mejor educación para poder desarrollar todas tus habilidades.

MÉTODOS DE CRIANZA MODERNA

Actualmente se habla mucho acerca de términos como “crianza positiva” “crianza sin golpes” “crianza moderna” “crianza sin lágrimas”.

Pero ¿sabemos realmente qué quieren decir estos términos?  Y aún más importante ¿cómo es que dependiendo del tipo de crianza que predomine en el entorno de un infante da lugar a un ser humano infeliz, reprimido, narcisista, cruel, rencoroso y “fuerte” o a un ser humano pleno, confiado, seguro.

La crianza se define como un deber, como una responsabilidad que recae sobre los padres o cuidadores primarios sobre la forma de cuidar a los niños, apoyados en una educación que tenga cualidades positivas como el cuidado y el amor.

Tal como lo mencionan Bautista y Maestre (2008): La crianza se define como, el deber que tienen los padres de formar mediante acciones de cuidado, afectivas, educativas, de apoyo, y de acompañamiento, acordes con la etapa de la vida, a las hijas e hijos, con el propósito de prepararlos para el futuro. (p.2).

Queda más que claro que la crianza impacta de todas las formas el desarrollo integral y psicosocial de un niño ya que se involucran diferentes aspectos de las dimensiones de éste (ya sea una crianza tradicional o moderna). Según Papalia et al. (2009) “algunas investigaciones sugieren que los estilos de crianza infantil pueden afectar la competencia de los niños para lidiar con el mundo” (p. 347). Aunque el tema principal es el debate sobre la crianza moderna y tradicional (una “casi” eterna pelea entre lo que es mejor o no para el infante) no hay que restarle importancia a la teoría de los apegos de John Bowlby.

Bowlby nos hablaba de que los bebés y niños necesitan de un vínculo emocional sólido para poder desarrollar correctamente su personalidad y sus potencialidades. Es por eso por lo que los padres o cuidadores del infante deben de proporcionarles una figura de amor, seguridad, confianza y calidez (entre otras cualidades) para que los niños, al encontrarse en situaciones de miedo, ansiedad o estrés, encuentren ese apoyo, esa confianza y ese abrazo que les dará no solamente calma, también herramientas que le ayudarán a fomentar su crecimiento y sus habilidades de supervivencia.

Y aquí es donde entra la crianza respetuosa (basado en la filosofía y estudios de John Bowlby). El pediatra norteamericano William Sears fue quien acuñó el término Attachment parenting, traducido como <<crianza con apego seguro>>.

La crianza respetuosa es un estilo educativo que busca satisfacer al bebé sus necesidades básicas como: alimento, higiene, confort, limpieza y seguridad, y brazos, cariño, amor y atención, basándonos en la premisa del llanto como un llamado de auxilio del bebé, ya que esta es su manera de expresar que necesita sentirse seguro y en calma. Y que en la educación de niños conforme su crecimiento, es crucial el acompañamiento por parte de las figuras adultas (padres, cuidadores y maestros. Ya que también es un trabajo multidisciplinario) para que puedan desarrollar sus potencialidades y forjar un camino en la vida desde el amor, la compasión, los valores, el respeto, la salud mental, etc; y puedan conformar y fomentar una sociedad más empática, menos violenta y más respetuosa. Esta crianza propone formas alternativas de enseñar a los niños otra manera de convivencia, respetando el derecho individual y fomentado relaciones seguras, basadas en el respeto mutuo, tolerancia y empatía, y también salvaguardar la infancia plena y sin dolor que todo ser humano debería tener.

CRIANZA TRADICIONAL VS CRIANZA MODERNA

El salto que tuvo la educación entre el antes y él ahora está dentro de un abismo gigante que además abarca muchos aspectos a discutir sobre el tema, considerando lo negativo y positivo que una crianza “tradicional” tiene como consecuencias y donde por otro lado la crianza “moderna” tiene como beneficios.

La forma tradicional tenía un efecto que resultaba eficiente, pero ¿a qué se refiere con eficiencia cuando el propósito era intimidar y condicionar desde el poder? Las conductas que ejercían para educar a un niño hasta hace algunos años como la única manera de educar correctamente en muchas familias tradicionales era la de corregir con la fuerza.

Como técnica tiene sus pros y contras, pues sorprendentemente lograba su cometido, pero a costa de la tranquilidad, seguridad y salud mental de los menores. Y aunque lograba que los niños respetaran a sus padres (que es una parte positiva y esencial de este método), tuvieran responsabilidad y eficiencia estaba malogrando una infancia sana.

Un aspecto determinante y muy importante causa de la crianza tradicional de las madres mexicanas es la cultura, precisando como es que la sociedad afecta implícitamente a los individuos en el desarrollo personal, así como en el desarrollo de generaciones (donde se repiten patrones) y el método es riguroso, basado en el cumplimiento de normas y la disciplina donde las sanciones ante los actos fallidos suelen ser violentas. La Teoría de la evolución psicológica del niño es una muestra de este fenómeno que acompaña la vida de los menores, pues están rodeados de lo biológico y social que juntos correctamente deben generar una simbiosis y ser así una transición positiva entre esta relación (Henri Wallon, 1941).

Es importante mencionar que la familia al ser el núcleo fundamental de una persona es aún más significante en la vida del niño, pues en los primeros años se trata del primer medio de socialización formando así sus primeros aprendizajes como la adquisición del desarrollo lingüístico, motriz, cognitivo, afectivo, entre otros. Así la educación tradicional, aunque cumplía con el desarrollo de algunas de estas habilidades básicas, también se olvidaban de otras, como puede ser el desarrollo afectivo.

A lo largo de los años se ha estudiado el efecto de los problemas emocionales que suceden a raíz de una infancia violenta que afecta su desarrollo social y a causa de una crianza “tradicional” las generaciones repiten conductas y patrones que siguen creando y continuando con legados y costumbres que no son las adecuadas a la hora de criar a un menor de edad.

Este tipo de crianza se vuelve significante cuando miramos la cultura de México, pues en esta hay diversas vicisitudes a la hora de intercambiar la crianza entre generaciones. Un estudio muy significativo fue el de Relación Objetal (René A. Spitz, 1965) donde a pesar de la cultura logra haber una diferencia entre los niños con y sin presencia materna, lo que dentro de la cultura es la cúspide de la educación, porque no solo se trata de estar físicamente sino emocionalmente también identificando un pecho bueno o malo (Melanie Klein, 1987)

Por otro lado, la crianza moderna es un cambio en la educación significativa, tiene sus bases en una consciencia psicológica y positiva, lo que le da el lugar actual, la población actual es más consciente del pedo de la salud mental en la población y aún más en los infantes.

Aunque en la crianza del ahora puede haber inconsistencias, pero estas están designadas a la forma en la que los padres están ideados a realizarla. Han de confundir conceptos y prácticas y en ocasiones logran todo lo contrario a lo pretendido. Es común escuchar “los padres ahora les tienen miedo a los hijos”; en las prácticas de ahora los padres solo fungen como acompañantes y no para regir una conducta adecuada lo cual vuelve difícil e ineficiente el resultado.

El efecto de la crianza moderna genera que los niños tengan propiedad de mandar sobre sus acciones, lo que lo hace importante y bueno, pero tiene un trasfondo negativo, porque se piensa que el niño es autónomo cuando necesita un sentido de la autoridad.

Un aspecto positivo de la crianza “moderna” es la multifuncionalidad de los integrantes de las familias, el nuevo orden que se impone dentro del núcleo en los que son libres del prejuicio del patriarcado y cada vez más fuera del estigma machista en el que está envuelto México como población. Hablar cada vez mas de respeto, sexualidad libre, emociones y su validación, libertad, etc. Vuelve significativo el proceso de la crianza y genera en los niños el apego seguro (John Bowlby, 1988).

Abona de igual forma a construir individuos libres y llenos de confianza, pues en algunos aspectos de la vida donde los niños si pueden ejercer se les permite hacer de ello lo que más les guste lo que genera buenas expectativas de la crianza del ahora. Mas, sin embargo, en redes sociales se ha popularizado un término que se le otorgo a las nuevas generaciones por sus características, el cual es: “Generación de cristal”.

El término alude a las nuevas generaciones sensibles ante las adversidades del mundo moderno contra el mundo de hace apenas unos años, cuestionando el funcionamiento de la sociedad y las cosas que están mal en ella. Por lo que se cree que al criar seres más conscientes de lo que sucede están envueltos dentro de este término que para la sociedad mexicana es negativo y aberrante.

Por eso el choque entre estos dos métodos de enseñanza está en constante debate, lo que genera que no se pueda implementar uno benéfico para las nuevas generaciones, siendo que ambos tienen pros y contras que benefician al niño.

 

CONCLUSIÓN

Como sabemos la crianza tradicional y moderna ha sido causa de muchas opiniones a nivel social y público, pues se trata de un problema que nos compete como sociedad. Contar con una crianza respetuosa es uno de los tantos objetivos que se tienen a la hora de pensar en un futuro en el que las cosas y las circunstancias sean diferentes para todos, especialmente para las infancias.

Esto puede variar según culturas que apliquen distintos métodos para educar, pero el sentido universal es criar personas con valores positivos y eficientes, competentes, respetuosos, amorosos, pacíficos, tolerantes, etc. Mostrando entonces inevitablemente la información que pueden estar a disposición de todos los padres para cambiar y enriquecer la educación que se imparte desde casa.

 

REFERENCIAS

  1. Ricárdez. J. J. (2024). Un acercamiento psicológico a la crianza consciente. Trabajo presentado en la mesa redonda “Las implicaciones de la crianza desde las perspectivas psicoanalíticas”, organizada por el Centro de Estudios Superiores y Especialidades del Estado de Oaxaca (CESEEO), el 20 de mayo de 2024.
  2. Vázquez. M. (2020). Estilos de crianza: una revisión teórica. Universidad Señor de Sipán. Obtenido de https://repositorio.uss.edu.pe/bitstream/handle/20.500.12802/7286/Velasquez%20Quispe%20Marisol.pdf?sequence=1&isAllowed=y
  3. Bowlby, J. (1988). Una base segura: aplicaciones clínicas de una teoría del apego. Editorial Paidós.
  4. M. (1984). Psicoanálisis del desarrollo temprano. Barcelona: Ediciones Paidós.
  5. R. (1941). La evolución psicológica del niño. Editorial Crítica.
  6. R. (1965). El primer año de vida del niño. Editorial Aguilar.
  7. Y. (2022). Cero golpes. Universidad Autónoma Metropolitana. Obtenido de: http://hdl.handle.net/11191/9117.
  8. D & Morales. Y. (2022). Relación entre creencias parentales, estilos de crianza y comportamiento infantil: un estudio de caso basado en la Terapia de Interacción Padres e Hijos (PCIT). Obtenido de: http://bibliotecadigital.udea.edu.co.
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