¿A dónde mandaron a los “freseros” de Irapuato?

Actualmente se encuentra entre la antigua abarrotera “El Puma” y el banco Bancomer, entre avenida insurgentes y la calle San Fernando

Irapuato, Guanajuato. – Después del anuncio por parte del municipio de la rehabilitación de la avenida Insurgentes, uno de los grupos más afectados ha sido el de los conocidos “freseros”, quienes han estado vendiendo fresas en esta parte de la ciudad durante varios años.

Sin embargo, a raíz de las obras, se han visto obligados a reubicarse por cuenta propia, ahora, su ubicación actual se encuentra entre la antigua abarrotera “El Puma” y el banco Bancomer, sobre la avenida Insurgentes, donde mencionaron que tiene aproximadamente dos semanas.

El inconveniente más grande que tienen actualmente es molestia por parte de la empresa de la báscula de camiones y que la clientela no tiene mucho espacio para estacionarse en la ubicación actual.

A pesar de que los vendedores aseguran que no fueron reubicados oficialmente, sino que tomaron la iniciativa de encontrar una nueva ubicación, esperan que al hacer pública su nueva localización, la gente vuelva a comprar sus fresas debido a que las ventas han disminuido drásticamente, aproximadamente un 90%, lo que significa que ahora solo logran vender un máximo de 4 canastas al día cada uno, mencionaron.

Los freseros aseguran que las fresas que venden son “tradicionales” y no provienen de invernaderos, destacando que la principal diferencia radica en el sabor. Afirman que comprar fresas de invernadero es más costoso debido a los procesos de producción y que este costo se refleja en el precio final.

Actualmente, muchos de los freseros ya no se dedican al cultivo de fresas, sino que actúan como intermediarios entre los consumidores y los huerteros que les venden su producto.

Una caja de 20 kilos de fresas de “huerta nueva” tiene un valor aproximado de 1,100 pesos, mientras que una canasta de fresas varía de 120 a 220 pesos, según su tamaño y calidad, mencionaron los vendedores.

Santos Chavolla, uno de los freseros, ha dedicado 35 años de su vida a la venta de fresas en canasta. Comenzó en este oficio a los 6 años y, a sus 68 años, lamenta la disminución del mercado debido a que considera que los precios son elevados, recordando con “nostalgia” cuando las canastas solían venderse por solo 10 a 15 pesos.

Chavolla también señaló que el sabor de las fresas actuales no se compara al de antes, ya que los huerteros parecen haber perdido interés en la calidad, y las fresas solían ser mucho más dulces en el pasado.

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