Todo un reto repartir el gas y agua en la capital; se requiere de una buena condición física

"la maña" o habilidad con la que realizan el trabajo es la clave para no "morir en el intento"

Guanajuato, Gto.- La ciudad de Guanajuato, “La Cañada”, es mundialmente conocida por sus callejones con características muy peculiares, caprichosa construcción, y para los foráneos todo un reto para recórrelos sin perderse y sin acabar agotados.

En suma son alrededor de 400 callejones distribuidos en la zona de La Cañada, antiguo Guanajuato, que diariamente son recorridos por distribuidores de agua purificada que venden en garrafones y por los repartidores de gas LP, quienes poseen una gran condición física y destacada habilidad para subir y bajar triunfantes de cada callejón.

Si bien la fuerza es necesaria y más para cargar los tanques de gas LP, que lleno pesan unos 60 kilo y vacíos unos 30, la “maña” o habilidad con la que realizan el trabajo es la clave para no “morir en el intento” y a la primer jornada renunciar, así lo mentó el señor Raúl que dese hace más de 15  años se gana el sustento llevando tanques de gas a los domicilio que hay en los distintos callejones en el centro histórico de la Capital.

Don Raúl comenta que este oficio no es nada fácil y no cualquiera “le entra”, pero “de algo hay que vivir”, él señala que ya se acostumbró, presume de buena condición y de fuerza para levantar los cilindros de  gas; pero dice que este trabajo también tiene sus riesgos por más mañana que se tenga.

De esta noble actividad resalta que, físicamente el subir todos los días y bajar los “chuecos” callejones con o sin escaleras llevando una pesada carga genera desgaste, principalmente, en las articulaciones de las piernas y ese, mencionó, es el principal problema al que se enfrenta la gente que se dedica a distribuir agua y tanques de gas.

El aspecto que facilita un poco el trabajo, contó don Raúl, es que al tener bastantes años en el oficio ya tiene sus clientes y cada que ocupan servicio le llaman por teléfono “así voy a la segura porque hay clientes que viven al final de los callejones (la parte más alta) y subir cargando 60 kilos, que queden mal y luego bajar cargando nuevamente ese peso es muy cansado”.

Aunque los asignan por zonas, al Sur de la ciudad la entrega de un servicio es más fácil porque las calles son planas sin embargo don Raúl dice que no le gusta, que él ya se acostumbró a lo difícil de recorrer callejones; además “los repartidores que están asignados al sur no quieren estar en callejones, le sacan”.

En el caso de los aguadores, o distribuidores de agua a domicilio, es la misma situación y pareciera que es menos peso el que cargan con cada garrafón de diez litros  pero usualmente cargan hasta tres unidades, descansan de vez en cuando dependiendo la cantidad de garrafones que llevan y de lo elevado que sea el callejón.

La entrega de agua o gas a los domicilios no se frena ni en temporada de lluvia y menos cuando hace mucho calor, tanto el agua como el gas LP son indispensables en los hogares. Todo el año tienen trabajo y la parte buena de la actividad “son las propinas”, eso es lo que compensa el pesado trabajo pues, los distribuidores, comentan que el sueldo no es mucho y si no venden no ganan.

Caño Puerco, de Los Pajaritos, Cantaritos, Casualidad, Juego de Pelota, El Caracol, Potrero, Tecolote, La Taza, Cabecita, Ave Maria,  Cinco Señores,  El Arquito, Espinazo, Agua Fuerte, El Tajito de la Gloria,  Subida de San Miguel,  El Espejo del Burro, Sebastopol, Resbalón, Callejón de Los Changos, Privada de Los Changos, son algunos de los callejones que diario recorren tanto distribuidores de gas como de agua purificada, todos son trabajadores dignos de admiración  por el diario esfuerzo que realizan para llevar este servicio a la población y, desde luego, así ganar el sustento de sus familias.

El Dato

Vale la pena mencionar que en la ciudad de Guanajuato el oficio de distribuir agua a domicilio ya se realizaba desde mediados del siglo XVIII y así continuó hasta que se fue habilitando el servicio de agua potable directamente a los domicilios; aunque si había diferencia en la manera de llevar el servicio pues antes muchos aguadores tenían un burro y se ayudaban con el animal para cargar el agua  y subir el vital líquido de manera más fácil por los diferentes callejones.

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