“Pago mis deudas con tiempo y el tiempo con mi vida”: joven irapuatense

Santiago lleva años en un 'circulo vicioso' de endeudamiento con instituciones financieras

Irapuato, Guanajuato.- Santiago González es una persona que desde que inició su vida laboral ha ido acumulando deuda. Él vive con su madre y aunque ambos tienen ingresos, es la fuente principal de éstos. “Pago mis deudas con tiempo y el tiempo con mi vida” dijo el irapuatense.

Santiago tiene 27 años y trabaja en la industria de la manufactura de partes automotrices. Para él, ha tomado muchas malas decisiones financieras que le han estado afectando desde que pudo cobrar un sueldo: “mis deudas empezaron desde los 19 años. A uno se le hace fácil endeudarse por cosas que nunca ha tenido y con el poder de decir ‘quiero tal cosa y me la compro porque para eso trabajo’”.

El joven comenzó pidiendo prestado para comprarse unos audífonos con la premisa de que “quería y podía hacerlo”. Al ver la facilidad con la que podía hacerse de sus cosas, decidió seguir con una computadora para su universidad. Así comenzó un circulo vicioso de compromisos con las instituciones financieras.

Para él ha sido difícil evitar adquirir más préstamos, pues sumado a sus artículos personales, el joven recordó una época que fue decisiva para el aumento de sus “drogas”. Con el propósito de repartir gastos, emprendieron un negocio, pero no les fue bien: “teníamos una tienda y mi mamá se administró mal, sacaba préstamos para pagar lo que agarraba de ahí”.

Su mamá recurría a la tiendita de abarrotes para solventar las necesidades del hogar y las personales, pero pronto se dejó convencer por un banco que le ofreció un crédito que podía servirle para no pasar dificultades con los proveedores y dejar de vivir al día. “Ella agarraba 20 o 30 mil pesos para pagar sus cosas, cosas de la tienda y etcétera, y cuando caía la renovación del préstamo, ella sacaba 50 y pagaba los 30 que agarró y volvía con 20. O sea, volvía a hacer lo mismo y era un cuento de nunca acabar”.

Cuando llegó el punto en que ya no pudieron con el préstamo, su mamá cerró la tienda, dejaron perder la mercancía y continuaron con la deuda de 50 mil pesos. Santiago comentó que cada semana tenían que abonar 5 mil pesos, por lo que se decidió a buscar un crédito en Coppel que

nunca pudo liquidar. “No sólo era sacar para los 50 mil pesos, eran más préstamos y la casa y otras cosas”, con todos sus descuentos cada quincena, el sueldo restante no le alcanzaba para la canasta básica.

Además, Santiago comentó que como una medida desesperada tuvo que recurrir a préstamos ilegales en donde lo han llegado a extorsionar y los intereses fueron muy altos. Desde hace un tiempo no puede percibir un salario sin que ya esté destinado a sus cobradores: “esa drogota me ha afectado por el lado legal, porque gracias a que la tengo no puedo sacar prestamos en otros lados y tampoco tengo para salir, porque estoy a pague y pague”.

Santiago expresó que se esfuerza por salir de esa mala racha y aunque a veces se desanima, sus planes a futuro son terminar sus deudas y comprarse una casa. Él cree que si pudiera regresar el tiempo se hubiera enfocado en tener un mejor historial crediticio además de dedicarse a buscar un hogar propio financiado con un crédito inmobiliario.

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Periódico Notus
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