Opinión.- En pleno septiembre “mes patrio”, caminando por las calles de la ciudad y paseando en el jardín municipal “Manuel Doblado”, observo que cada año son menos los hogares, negocios, vehículos, espacios públicos, donde se encuentren nuestros colores patrios, el verde, blanco y rojo, presente en banderas nacionales, pendones, focos formando figuras patrias, faroles, campanas de la independencia, papel de china picado, calcomanías y además de ser utilizados en nuestra vestimenta en este mes de septiembre; los moños tricolores, los rebozos, el traje de china poblana y muchas más formas de recordar nuestros valores patrióticos y la importancia de que sigan presentes los principios de independencia y unidad nacional. Todo esto día a día se está perdiendo.
El valor simbólico de nuestra bandera, el escudo y el himno nacional, que en las ceremonias cívicas, los eventos oficiales, en las manifestaciones populares y en los grandes eventos deportivos, son enarboladas y respetadas, mas allá de las diferencias que tenemos como nación y a pesar de la pluralidad en la que vivimos, a los mexicanos nos une un sentimiento de identidad y orgullo de pertenecer a este gran país que es México.
Pero terminado el momento emotivo que provocan estos eventos, no podemos hablar de un verdadero sentimiento de nacionalismo o de identidad nacional, porque está claro que el respeto por los símbolos patrios, no se reduce a los actos formales, debe ser algo mucha más profundo, mas personal, basado en el estudio de nuestra historia nacional que nos permita conocer nuestras raíces culturales, para entender a cabalidad el significado de estos símbolos.
Pequeños detalles como ponernos de pie y descubrir nuestra cabeza, cuando escuchamos el himno nacional, saludar y pedir a nuestros hijos que saluden a nuestra bandera, si colocamos una bandera nacional en la fachada de nuestra casa o negocio, quitarla al anochecer o cuando llueva y no dejarla ahí hasta que se decolore o se haga trizas por la acción del tiempo. Que todas las oficinas públicas, del sector educativo, el sector salud, centros de trabajo, siempre tengan una réplica de la enseña nacional y no aparezca solamente en los actos oficiales, realizar actos de desagravio, cuando se falte al respeto a nuestros símbolos patrios.
en un mundo globalizado en el que estamos viviendo y ante la lluvia de iconos extranjeros, que por la acción de la mercadotecnia y la publicidad, están desplazando de nuestras costumbres y tradiciones a nuestros símbolos patrios y nos están haciendo olvidar quienes somos, y de dónde venimos.
Por lo tanto debemos trabajar todos, autoridades, maestros, padres de familia, medios de comunicación, en fomentar el amor y el respeto por el país, y por los símbolos patrios; debemos inculcar amor por lo que nos identifica como mexicanos y poco a poco podremos ver en estas fechas, nuestro país vestido de “VERDE, BLANCO Y ROJO” y gritar con orgullo:
¡VIVA MÉXICO!