Casa de la Cultura, fue cantina, nevería, despacho y convento

A principios del siglo XX, particulares la usaron como nevería y fue usada por Don Pedro Martínez como despacho Jurídico

Casa de la Cultura de Irapuato

Irapuato, Guanajuato

La Casa de la Cultura del Centro fue cantina, despacho y convento, luego la señora Dolores Covarrubias de Ludui,l hoy y siempre será recordada, porque fue la donadora del espacio cultural en el que se convirtió.

A principios del siglo XX, particulares la usaron como nevería y fue usada por Don Pedro Martínez como despacho Jurídico, posteriormente se usó como la cantina, “El Pinin”.

Uno de los edificios representativos del municipio, es la Casa de la Cultura del Centro, por su privilegiada ubicación, arquitectura, historia y las decenas de actividades que entre sus muros se desarrollan.

Dulce Vázquez Mendiola, directora del Archivo Histórico Municipal, compartió que el edificio, ubicado entre las calles Hidalgo y Álvaro Obregón en el corazón de la ciudad, fue donado al Gobierno Municipal, por la señora Dolores Covarrubias de Ludui, para incentivar la cultura entre la población irapuatense.

“En 1986 inició el proceso de remodelación de la casa y las puertas se abrieron, como Casa de la Cultura, el 18 de septiembre de 1987”.

La casona que hoy funge como uno de los principales recintos culturales, inició operaciones a finales del siglo XX. Su construcción data de principios del siglo XIX. Cuenta con estilo neoclásico, destaca su patio central y columnas de orden neo jónico.

Esta construcción se ubica en terrenos que, en su tiempo, formaron parte del convento de la orden de los franciscanos, hasta que fue adquirida por don Emeterio en 1860.

Además, fue sede de diferentes comercios locales. Durante 30 años, el señor Juan Chong estableció un prominente restaurante denominado “El Selecto”, posteriormente se instaló una librería.

A principios del siglo XX, particulares la usaron como nevería y fue usada por Don Pedro Martínez como despacho Jurídico, posteriormente se usó como la cantina, “El Pinin”.

Hoy, la Casa de la Cultura es sede de magnos eventos y se ofrecen talleres para niños, jóvenes y adultos.

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