Carisa… el delicioso Cerezo Africano
Un fruto anticancerígeno, además de anti inflamatorio
Por Jazmín Padilla.
La carisa, también conocida como cerezo de Natal, jazmín africano o cerezo africano, es una planta cuya distribución se ubica principalmente en África, Oceanía y el sur de Asia. En el continente americano, las regiones de centro y sureste de México, así como algunos países de centro américa albergan su principal localización.
La carisa es un denso arbusto que puede alcanzar una altura máxima de 5 metros, aunque la mayoría de las especies tienen un promedio de 3; sus hojas con un color verde encendido y de apariencia cerosa conforman el abundante follaje de la planta.
Las flores de este arbusto, con cinco pétalos y un color blanco que resalta entre el verde follaje, que posteriormente, darán lugar a deliciosos frutos rojos similares a la forma de una ciruela, de cascara cerosa y consistencia rígida cuya pulpa es altamente jugosa con un sabor agridulce, similar a la fresa y al kiwi. Un distintivo de esta planta, son sus alargadas espinas que emergen de sus ramas como mecanismo de defensa ante depredadores.
En México, se usa principalmente para fines ornamentales, como setos, decorando y cercando jardines y linderos ya que es posible ser cultivada en suelo directo o en maceta. Es una planta poco exigente en sus cuidados, ya que es capaz de desarrollarse con éxito bajo sol directo y altas temperaturas.
Su manejo incluye mantener una humedad media en el suelo con una poda constante, de tal forma que el sol pueda dar una amplia cobertura a lo largo del arbusto; además de aplicar fertilizante antes del cambio de estación. La floración y producción de frutos ocurre principalmente en las estaciones de primavera verano, mientras que en los meses más fríos la planta se limita a desarrollo vegetativo.
Más allá de ser una planta exótica, el cerezo africano, en sus lugares endémicos tradicionalmente es utilizado para aliviar malestares estomacales, resfriados, anemias, enfermedades gastrointestinales y sus hojas como un repelente natural. Su fruto, el cual debe ser cosechado hasta que alcanza la madurez, enriquecido en antioxidantes y fibras puede ser consumido de forma directa, en postres, helados, dulces, ensaladas y bebidas.
El consumo de esta planta no se limita a sus frutos. Raíces, hojas, flores y tallos de la planta también han sido analizados. El alto potencial biotecnológico de la carisa radica, en gran medida, de la gran variedad de metabolitos secundarios que se producen en la planta como son algunos glicósidos cardiacos, sesquiterpenos (anticancerígenos, anti-inflamatorios), flavonoides, esteroles, entre otros.
En laboratorio, se han mostrado resultados favorecedores con actividades antimicrobianas contra salmonela, pseudomonas, candidiasis y otras especies de microorganismos causantes de enfermedades gastrointestinales y micosis. También se ha evaluado su potencial como tratamiento anticancerígeno para diferentes líneas celulares cancerígenas.
La carisa, es entonces, una alternativa viable para integrar a nuestra dieta nuevos sabores con alto valor nutraceútico y decorar nuestros jardines con vibrantes colores.