Una ciudad colonial que celebra el inicio del movimiento de independencia


GUANAJUATO.- Gracias a sus minas, la ciudad de Guanajuato fue una de las primeras regiones en el mundo que tuvo una economía capitalista. Su población no tenía motivos económicos para buscar la independencia: fue la expulsión de jesuitas la que hizo que el rencor popular se sumara a la causa insurgente.

El historiador John Tutino considera a la Quanax Huato purépecha como precursora del capitalismo, por sus condiciones de salarios y su dinámica de consumo. Es en ella donde la celebración del Grito que Miguel Hidalgo diera en el pueblo Dolores se ha convertido en un espectáculo que busca más la atracción de turismo que el reforzamiento cívico.

Los seis liberados y el Grito

Viernes 15 de septiembre por la noche, antes de presidir la ceremonia del Grito de Independencia en la Alhóndiga de Granaditas, Alejandro Navarro, el presidente municipal con figura de criollo, se fue a la Comisaría Municipal de la calle Alhóndiga y ahí liberó a seis personas detenidas durante el transcurso del 15 de septiembre por faltas administrativas que solo ameritaban horas de arresto.

Luego se fue a casita y se vistió de charro negro. Su esposa, la candidateable a alcaldesa Samantha Smith, sacó el vestido de mexicana y se fueron a la Alhóndiga, donde les esperaba casa llena. Más de 9 mil asistentes, dijo el comunicado oficial.

Acompañado por integrantes del Ayuntamiento y de su gabinete, Navarro llegó a lo alto de las escalinatas de la Alhóndiga, donde el Pentathlón Deportivo Militarizado entregó el Fuego Simbólico de la Libertad para rendir honores a la Bandera de México.

Pocos minutos antes de las 11:00 de la noche, el Presidente ondeó la bandera nacional e hizo repicar la campana, al tiempo que recordó a los héroes patrios y lanzó el tradicional “¡Viva México!” en memoria del padre de la patria, Miguel Hidalgo y Costilla.

La ceremonia patria culminó con un espectáculo de fuegos artificiales y luego los Cadetes de Linares. Después de los “¡Viva!” y el bailongo, la banda patriótica se fue a comer hot dogs de 35 pesos, más una colcacola. Garnachas y enchiladas mineras y churros y salchicha rellena hicieron honores a la gula de esa ciudad que resistiría el ataque de huestes populares el 28 de septiembre de 1810. Los muros descarapelados de la Alhóndiga dan fe del hecho.

Previo a la ceremonia del Grito de Independencia en la explanada de la Alhóndiga, Alejandro Navarro presidió la ceremonia del Grito de Independencia en el fraccionamiento Los Alcaldes, al sur de la ciudad, una tradición que surgió hace 33 años.

Desfile cívico-militar

La banda que no se desveló mucho, se fue a Gaviria a curar la cruda con rico menudo y se dispersó por las calles de Guanajuato para esperar los contingentes del desfile del 16 de septiembre.

Navarro se cambió de traje de charro y esta vez, sin chaquetilla, desfiló al frente: salió de Embajadoras, bajó por Sangre de Cristo, continuó por Sopeña, luego por Ponciano Aguilar y Juárez hasta llegar de nuevo a la Alhóndiga.

Una nieve de mantecado de 25 pesos demostró que el capitalismo guanajuatense descubierto por Tutino sigue vigente.

 

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