
Irapuato, Guanajuato.- El 13 de septiembre, sacaron por la fuerza a Juan Carlos Hernández Aguiñaga de su casa a las 4 de la mañana en Las Carmelitas, Irapuato. El señor de 45 años, aparentemente se dedicaba a vender pan. Junto con su nuera de 19 años, fue privado de su libertad y aunque se logró localizar a la joven, no hay rastro de él. Sus seres queridos piden que no se olvide su búsqueda para que pronto pueda reunirse con ellos.
Juan Carlos es de complexión robusta, tez morena, labios delgados y cejas pobladas. Él tiene ojos medianos color café oscuro, su cara es ovalada, frente amplia y con mentón redondo.
Como señas particulares tiene un tatuaje con la letra “R” en cursiva sobre el lado izquierdo del pecho, además de cicatrices de forma redonda en ambas rodillas y una en su mano derecha de cerca de 5 centímetros.
Entre varios testimonios de familiares y conocidos se describe al panadero de Las Carmelitas como un hombre amable y de buen corazón. “Es una persona trabajadora que día tras día saca su negocio adelante a sus hijos que eran su más grande motivación”, mencionan.

