“Quiero dinero para comer”, acoso o necesidad de migrantes

Tiendas comerciales son abarrotadas por migrantes que “acosan” a los clientes; la otra cara, son los migrantes que tienen la convicción de sacar adelante a sus familias

Irapuato, Guanajuato. – En los pasillos de La Comer, llegó una persona y dijo “dame para un taco” y en un tono retador volvió a decir “quiero dinero para comer” y después se fue con otro de los compradores. Las historias son de cientos de migrantes, algunos de ellos yo no piden, exigen; otros están más preocupados por ver a qué hora sale el tren y seguir su camino al llamado “Sueño Americano”.

Afuera de Ryse, la gasolinera, UQI o algunas tiendas y en algunos casos dentro del HEB o La Comer, los migrantes se han volcado para pedir ayuda, mientras esperan a que llegue un tren y los mueva de ciudad; aunque no todos son tan amables o respetuosos.

Dentro de La Comer, los migrantes que ingresan, primero dicen que van a ir al baño, luego de cuelan entre los compradores y es ahí, donde comienza “el acoso”, pues son tantos, que los pasillos son usados para pedir dinero.

“Dile al guardia para que los saque, se la pasan acosando a la gente, algunos si vienen a comprar, pero hay otros que vienen a molestar”, dijo uno de los encargados del área de carne quien señaló que al parecer se han estado convirtiendo en un problema grave, porque las personas vienen a disfrutar las compras no a sentirse perseguidos.

Sin embargo, tampoco el “acoso” es general, algunos de los migrantes tienen la convicción clara de ir a trabajar y no andar pidiendo dinero solamente por pedir. Jefferson de 25 años originario de Venezuela, dijo “yo salí de mi país, porque no tenemos nada allá, yo voy a trabajar, estoy agradecido por lo que nos dan, pero algunos panas vienen al relajo y no les importa”.

El caso del venezolano es similar al de otros migrantes que han emprendido un viaje, que lleva ya como un mes y medio desde que salieron de su país para llegar a la frontera de México con Estados Unidos y cruzarla.

Debajo del puente Siglo XXI, los migrantes se “aglutinan” por cientos, el espacio es usado para dormir, bañarse, comer, jugar, inclusive para hacer sus necesidades, porque “no todos son bienvenidos en los baños de los comercios que hay alrededor”.

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