Cancelan construcción de estadio nuevo para León; modernizarán al Nou Camp

Aportan más de 510 mdp de recursos públicos para terreno y compra del coso actual

Así se encuentra actualmente el Estadio.

León, Guanajuato. – El financiamiento con recursos públicos para empresarios del deporte privados es política de Estado en Guanajuato. Así ha pasado con el Grupo Pachuca, al que el gobierno estatal ha prestado más de 500 millones de pesos, primero 280 para la construcción del estadio, cuyo proyecto fue cancelado, y luego 230 para la compra del actual coso, del que anunciaron será remodelado y modernizado.

Con pompa y platillo

El 24 de septiembre de 2018, Jesús Martínez Munguía, empresario del grupo Pachuca y poseedor de la franquicio del equipo León de fútbol, anunció la inversión de dos mil millones de pesos para la construcción de un nuevo estadio que supliera al actual, construido en 1967 y sede de dos campeonatos mundiales de fútbol.

Era una reacción ante el hecho de que el estadio León se encontraba en litigio entre el gobierno municipal y un grupo de empresarios encabezados por Roberto Zermeño. Todo indicaba que éste iba a ganar el pleito legal.

El nuevo estadio de “La Fiera” estaba proyectado para funcionar los 365 días del año; iba a tener un aforo de 35 mil espectadores e, inicialmente, se estimó terminarlo entre 2021 y 2022.

Se le anunció también como sede para los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2026, para la que compitió la ciudad de León.

La empresa estadounidense HKS había sido elegida para el diseño y Manhattan Construction Company para la construcción. El estado contaría con un hotel de cinco estrellas, un centro comercial, un Salón de la Fama, el Museo del Club, una Universidad del Futbol, restaurantes y áreas verdes.

El hotel tendría vista al interior del estadio, con una mega terraza considerada como una de las zonas de ‘hospitality’ más avanzadas y la cual también podrá albergar diversos espectáculos, más allá del futbol.

Los palcohabientes gozarían de un centro de negocios, equipado con mobiliario y tecnología de la más alta calidad.

El estacionamiento contaría con más de 3 mil 500 cajones generales, parque lineal con áreas naturales, tienda oficial, bar, tribuna para prensa, estudios de televisión, zona mixta, gimnasio, áreas de calentamiento y vestidores.

La estructura del estadio iba a tener cuatro torres y cubierta fabricada con materiales avanzados. Su tipo de techo permitiría que la luz natural llegara de forma óptima al campo.

La presentación fue hecha en la Sala IMAX del Centro de Ciencias Explora se tuvo la asistencia de Yon de Luisa, Presidente de la FEMEXFUT; Enrique Bonilla, titular de la Liga MX; Jesús Martínez Patiño, Presidente de Grupo Pachuca; Jesús Martínez Murguía, Presidente del Club León; Miguel Márquez Márquez, entonces Gobernador del Estado de Guanajuato y el también entonces edil leonés Héctor López Santillana.

Proyecto de remodelación del Nou Camp.

Recursos públicos

Cuando se hizo público el proyecto, ya el gobierno había adquirido los terrenos el 18 de agosto de ese año. El gobernador Miguel Márquez anunció la adquisición de terrenos al oriente de la ciudad, en una zona donde confluyen las vialidades Francisco Villa, Alonso de Torres y Libramiento Norte.

El predio está rodeado de asentamientos diversos, entre ellos León II y Los Ángeles, dos polos de pobreza en la mancha urbana.

Inicialmente el gobierno del estado pagó 280 millones de pesos y, con gastos complementarios, la cantidad se acercaría a los 300 millones. El mandatario determinó vender el terreno a Grupo Pachuca, el que haría pagos parciales para concluirlos en 2021. Debido a la pandemia de CiVID 19 y sus repercusiones, el plazo fue ampliado hasta el 17 de enero de 2030.

Grupo Pachuca comenzó a pagar el terreno y hasta mayo de 2021 había aportado 146 millones 623 mil 787 pesos, a nombre de la razón social encargada de Grupo Pachuca, Fuerza Deportiva del Club León SA de CV.

Era el pago por 124 mil 463 metros cuadrados con un valor base de 280 millones 480 mil 190 pesos.

La compra del estadio con más recursos públicos

En septiembre de 2020 se hizo pública la resolución judicial definitiva de que Roberto Zermeño ganaba un pleito legal por la propiedad del viejo estado León, iniciada en 1999. Jesús, Martínez Munguía, empero, no afirmaba ni desmentía que seguía en pie el proyecto de construcción del nuevo estadio.

Sin embargo, el panorama cambió cuando el 15 de julio de 2021 el grupo Pachuca compró el inmueble a Zermeño en 410 millones de pesos. Al comentar que remodelaría al actual, Jesús Martínez hizo suponer que no habría nueva obra.

El tema se complicó porque en mayo de este año, Jesús Martínez reveló en entrevista con ESPN que le compraron el Nou Camp al empresario Roberto Zermeño gracias a la ayuda estatal.

Investigaciones periodísticas revelaron que fue mediante un préstamo “exprés” por 230 millones de pesos lo que el Gobierno del Estado dio a la empresa privada.

Jesús Martínez anunció que no construye el nuevo estadio, que regresa el terreno al gobierno del estado y que remodelarán el Nou Camp con un diseño similar al del proyecto cancelado.

Al viejo estadio le ampliarán accesos y corredores, remodelarán sanitarios y vestidores, tendrá techado casi total y en la tribuna sur se construirá un edificio similar al de la obra fallida. Sería un hotel, aun cuando se le quitaron hace años terrenos al estacionamiento del estadio para la construcción de un hotel y centro comercial que están casi en quiebra.

Proyecto cancelado.

Cómo se perdió el estadio

El equipo León descendió a segunda división en 1987. Ascendió en 1990, pero volvió a descender en 2002 y regresar al máximo circuito hasta 2012. En ese lapso, el equipo vivió una serie de conflictos por la disputa de la franquica, entre Valente Aguirre, Grupo Pegaso, Carlos Ahumada y Roberto Zermeño. En la última etapa la franquicia fue adquirida por Grupo Pachuca. El equipo ascendió y se convirtió en nuevo protagonista destacado del torneo. Ésta es la cronología:

Roberto Zermeño se hizo dueño del equipo luego de su primer descenso, cuando la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) obligó a los directivos del León a dejar sus cargos al frente del equipo. El empresario comenzó su primera gestión desde la temporada 1989-90. Logró hacer campeón al León en la temporada 1991-92.

Tras una serie de conflictos deportivos, en 1995, Zermeño vendió el equipo a Valente Aguirre, quien también adquirió la franquicia del Unión de Curtidores, el otro equipo leonés. Los verdes estaban en crisis futbolística, en tanto que los de la franja subieron a primera en 1999.

En esa temporada descendió el Puebla y Valente Aguirre intentó vender la franquicia del León a los poblanos. Ante la presión de aficionados y del propio gobernador Vicente Fox, Aguirre vendió la franquicia del Curtidores al Pueblo y se vio obligado a vender nuevamente la franquicia del León a Zermeño, quien dijo no tener dinero, por lo que entró en negociaciones con el Ayuntamiento de la ciudad, presidido por Jorge Carlos Obregón, e hicieron un convenio para crear un Fideicomiso para la administración del Estadio Nou Camp. En dicho acuerdo, se estipulaba que el inmueble pasaría a manos del municipio después de 10 años de uso privado, mientras que el empresario se quedaría con 10 mil metros cuadrados para poder explotarlos comercialmente, además de tener la franquicia del equipo. Este terreno le sería otorgado en pago por parte de las autoridades.

El tema se complicó porque Zermeño decidió deshacerse de la franquicia esmeralda para vendérsela a Carlos Ahumada Kurtz, quien fue dueño del equipo por espacio de tres años. Dejó de serlo cuando la Procuraduría General de la República le incautó el equipo, que después pasó por varias administraciones: Adolfo Reza San Martín, Grupo Pegaso, los hermanos Batarse y finalmente a Grupo Pachuca, que es el actual dueño del León.

El juicio

En 2005, Roberto Zermeño fue detenido, debido a que la Secretaría de Hacienda asentó que no había declarado impuestos durante sus años de gestión en el León, por lo que se le acusó de evasor.

En 2008 le fue dictado el auto de formal prisión y en 2009 fue formalmente sentenciado a permanecer en la cárcel por seis años, siete meses y 14 días, más una multa por el total de desfalco fiscal: 19 millones 185 mil 650 pesos.

Mientras Roberto Zermeño permanecía en la cárcel, el Ayuntamiento, presidido por Vicente Guerrero Reynoso, decidió extinguir el Fideicomiso en sesión del 8 de noviembre del 2007 y para el 10 de marzo del 2008, se escrituró al municipio la propiedad del Estadio Nou Camp.

Zermeño consideró ilegal la extinción del Fideicomiso. Aprovechó que se había disuelto antes de los diez años pactados para reclamar el Estadio Nou Camp. La cuarta Sala del Tribunal Contencioso Administrativo había dado un fallo en el sentido de que la extinción del Fideicomiso había sido conforme a la ley y por tanto el empresario decidió demandar ante una instancia mercantil al municipio el 7 de abril de 2011.

La demanda fue interpuesta por Roberto Zermeño Reyes –hijo del empresario- y Héctor González. Solicitaron que se declarara ilegal la extinción del Fideicomiso y exigían la devolución del Estadio Nou Camp y la restitución de 60 mil metros cuadrados los cuales incluye al estacionamiento y el predio donde se edifica el Museo de Piel y Calzado.

El recurso cayó en el Juzgado Tercero de Distrito, el cual, tras tres años de litigio ordenó al Ayuntamiento que reconociera a Roberto Zermeño Reyes como dueño del inmueble, por lo que se le tenía que devolver el mismo.

Esta resolución le fue informada a la entonces alcaldesa Bárbara Botello el 30 de mayo del 2014, por lo que el Ayuntamiento decidió apelar la decisión, al considerar que el Estadio Nou Camp es patrimonio de los leoneses. El Primer Tribunal Unitario en materia administrativa llevó el caso y el 31 de agosto de 2020, tras una serie de recursos interpuestos por gobiernos y propietarios de palcos, dicta una resolución definitiva: sin marcha atrás ni más recursos, el estadio es de Zermeño.

Zermeño comenzó a obrar renta del estadio al Grupo Pachuca hasta que éste decidió comprar el inmueble. A pesar de tratarse de una empresa de gran solvencia económica, propietaria de dos franquicias de primera división, los hidalguenses han contado con recursos públicos para sus proyectos financieros.

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