Las posturas “provida”: el último orgullo panista
Los panistas conocen las nuevas realidades. Temas como el matrimonio igualitario, los cambios de identidad de género y la interrupción del embarazo están ahí

Por El Columpio. La planificación familiar y que el Estado promoviera métodos y productos anticonceptivos escandalizaron al panismo de su tiempo. Ahora los gobiernos panistas tienen sus programas de planificación familiar, distribuyen condones, colocan dispositivos anticonceptivos y acaban de aprobar una ley para reforzar la educación sexual. La realidad venció al conservadurismo de hace 50 años.
Los panistas conocen las nuevas realidades. Temas como el matrimonio igualitario, los cambios de identidad de género y la interrupción del embarazo están ahí, a pesar de ellos y de su conservadurismo que existe en la formalidad, pero que no necesariamente es congruente con sus vidas personales.
Lo vivido en el Congreso del Estado, con apasionadas personas, acarreadas por panistas, que rezaban “por la vida” pasaron de ser un acto de representación de la religión como derecho a una representación de lo patético.
Se les dijo en tribuna que existe ya una determinación de la corte en materia de despenalización del aborto, que ninguna constitución estatal puede establecer que la vida empieza desde la concepción, se les expusieron argumentos médicos, se les aclaró que el producto inmediato de un embarazo no es jurídicamente una persona; pero no, el panismo seguía con su teológico término de “la persona humana”, mientras que en el área del público y en la explanada del Congreso las consignas se mezclaban con los rezos.
El PAN no ha querido reconocer en la ley al matrimonio igualitario (en lo formal, lo tolera a regañadientes), no acepta que la maternidad es un derecho de elección, no una obligación de la mujer, que el aborto es un tema de salud pública y no de moral o de fe.
Los gritos de los centenares de acarreados de que darán su voto a quienes “estén a favor de la vida” se enfrenta con la realidad de que las personas electoras están optando por otras propuestas que responden a nuevas realidades.
Son un grupo parlamentario que no alcanza las mayorías en la votación, que tienen a una panista disfrazada de perredista y que tienen que negociar con PVEM y PRI para enfrentar a la triada Morena-MC-PT unidas en coincidencias político-ideológicas.
Es cuestión de tiempo y la ley en Guanajuato reconocerá nuevas realidades; al panismo sólo le queda su orgullo al aferrarse a un conservadurismo anacrónico e inútil.