Breves instantes con Truman Capote

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Opinión.- Tomo el apellido de su padrastro, su nombre original fue Truman Streckfus Persons, nació en Nueva Orleans, el 30 de septiembre de 1924  y falleció en Los Ángeles el 25 de agosto de 1984. Fue escritor de cuento, novela, poesía,  obra de teatro, guion y desarrollo la narrativa en el ámbito periodistico. Algunas de sus obras más destacadas: Miriam (1945), Otras voces, otros ámbitos (1948), Árbol de noche y otras historias (1949), El arpa de hierba (1951), Desayuno en Tiffany’s (1958), A sangre fría (1966), Música para camaleones (1980). Y como dato relevante, en octubre 2014, se encontraron, veinte  cuentos y una docena de poemas que Truman  escribió en su adolescencia entre 1935 y 1946.

Hay una pregunta interesante por hacer, ¿cuándo inicio Truman Capote a escribir?,  él lo dice en el prefacio de su libro, Música para camaleones:

“Empecé a escribir cuando tenía ocho años: de improviso, sin inspirarme en ejemplo alguno. No conocía a nadie que escribiese y a poca gente que leyese. Pero el caso era que solo me interesaban cuatro cosas: leer libros, ir al cine, bailar zapateado y hacer dibujos. Entonces, un día comencé a escribir, sin saber que me habla encadenado de por vida a un noble pero implacable amo. Cuando Dios le entrega a uno un don, también le da un látigo; y el látigo es únicamente para autoflagelarse”

Pero, por supuesto, yo no lo sabía. Escribí relatos de aventuras, novelas de crímenes, comedias satíricas, cuentos que me habían referido antiguos esclavos y veteranos de la Guerra Civil. Al principio fue muy divertido. Dejé de serlo cuando averigüé la diferencia entre escribir bien y mal; y luego hice otro descubrimiento más alarmante todavía: la diferencia entre escribir bien y el arte verdadero; es sutil, pero brutal. ¡Y, después de aquello, cayó el látigo!

Cuando tenía  diecisiete años, envió a las revistas nacionales y a los principales periódicos literarios para que publicaran su cuentos: Story, The New Yorker, Harper’s Bazaar, Mademoiselle, Harper’s, Atlantic Monthly— y en tales publicaciones aparecieron puntualmente sus relatos.

Deseaba escribir para el periódico empleando el arte en la narrativa, tenía algunas ideas sobre lo que se había hecho a partir de 1920  y observaba  que no había nada innovador y de repente en 1959,  se le presento la oportunidad de hacer algo distinto.

La realidad es cruda y a veces es difícil de digerir, y como decía T.S. Eliot,  “Los humanos no pueden soportar mucha realidad”. Y precisamente eso me ocurrió al leer la novela de Truman Capote: “A sangre fría”, que versa, sobre los brutales asesinatos  ocurridos  a los cuatro miembros de la familia Clutter, en la noche del 15 de noviembre de 1959, en su hogar, ocurrido en Holcomb, Kansas. Inicie la lectura en enero 2011 y tuve varias conversaciones con mi  hermana, le fui contando la historia. Cuando me encontraba a la mitad de la novela, ante la crudeza de los hechos me percaté, de que no podía continuar leyéndola. Los acontecimientos eran completamente desgarradores.  Mi hermana, quien quería saber en que terminaba este celebre caso, opto por leer lo que faltaba de la novela y ahora ella me contaba lo sucedido. Los roles se invirtieron y compartimos  la lectura. Y eso es lo que hizo precisamente Truman Capote, despertar el interés  de sus innumerables lectores de ayer, hoy y de siempre.

Truman Capote tiene un gran estilo como narrador: es elegante, original, creativo, natural,  dueño de una espontánea agudeza intelectual. Desliza suavemente sus pensamientos en  nítidas  observaciones. En su novela “A sangre fría”, nos revela  Holcomb, el pueblecito de Kansas, describe con precisión el lugar y sus características. A los habitantes y sus peculiaridades, dejando en claro el estilo de vida y sus movimientos cotidianos. Nos instaura en el ambiente, hasta percibir el aire seco, o el polvo que se esparce sobre las calles sin nombre, las casas de colores desgastados y el exquisito olor del campo. Esboza los retratos de las víctimas: sus características particulares, tanto físicas como de actitud y de sus victimarios, dos criminales psicópatas, a quienes visita hasta su ejecución. Eso fue un esfuerzo supremo en aras de continuar con las pesquisas para completar la historia.

Gracias a esta obra, se le acredita la creación de un nuevo género literario: La novela periodística, basada en hechos reales. Capote es considerado uno de los padres del  nuevo periodismo,  combina la ficción narrativa y el periodismo de reportaje. La escritura de esta novela le llevó siete  años, se publicó en 1966  y la crítica, la considero como la novela más “dura” pero  a la vez, la más significativa de la década de los sesenta, y en definitiva, es la novela que lo consagró, como uno de los grandes de la literatura norteamericana del siglo xx.

Entre sus citas famosas elegí esta: “La disciplina es la parte más importante del éxito”.

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