Pénjamo, Gto.- “Pintaba en iglesias, patrullas, hasta en mi casa, era una forma de ir en contra del sistema”, así es como “Bosco” un joven de 30 años, presentó el inició de su historia en el arte urbano llamado “graffiti”.
En Pénjamo la pintura en paredes no sólo se trata de rayas, números o actos que algunos consideran como vandálicos, sino que es una forma de expresar algunos de los pensamientos internos dentro de las llamadas “tribus sociales”.
Arturo Vega Tafoya o mejor conocido como “Bosco” es un joven originario de Tecomán, Colima, pero desde hace ocho años que vive con intensidad el arte callejero en Pénjamo.
A la edad de tres años vio un programa de esos a los que llamo “gringos”, donde varios muchachos pintaban una pared con aerosol y los reprimían como personas que estaban en contra de las buenas costumbres y tradiciones de Estados Unidos.
En México tuvo que pasar varios días en la cárcel, otros encerrado en su cuarto y algunos peores sin poder pintar. Bosco recuerda que ere del tipo de adolecente que al que la mayoría de la población los llama “inadaptados”.
Sin embargo refiere que es parte de la sensibilidad de los artistas urbanos, forma parte del grafiti y de la simbología que trae con ellos y especialmente es uno o el único medio para atacar, reflexionar y luchar en contra de sus propios medios.
Su tag o apodo de Bosco lo adquirió en la calle, donde sus amigos y compañeros de barda se identifican y sobresalen para no ser sorprendidos por la policía, por sus familiares o personas que piensan que son “vándalos”.
Grafitero y licenciado.
Pero la vida no es tan drástica o radical como se describe el propio Bosco, por que a pesar de estar tan metido en el grafiti y algunas ideologías basadas en problemas sociales, también se ha tenido que preparar.
El grafitero es licenciado en educación y aunque reconoce que no era lo que le hubiera gustado estudiar, dice que es necesario integrarse aunque por partes a lo que llaman sistema es decir “gobierno”.
Tienen permiso pero es caro
Por el lado artístico, Bosco ha tenido que pedir permiso en los hogares en los que una pared la visualiza como un lienzo, por que según él “si realizamos algo hay que hacerlo sin lastimar a nadie, pero aunque tengo permiso de la gente para pintar su casa, la policía me ha llevado a la cárcel”.
El artista de las calles aludió que parte de las reprimendas familiares y de la propia sociedad que incluye al gobierno, iglesia, los medios y las autoridades han sido parte de los retos que los grafiteros se han puesto como meta a suplir.
Molestar es parte de la evolución y la única idea primeramente es fastidiar, dijo el colimense al mostrar que todo artista callejero primero toma sus temores y enojos para hacer enojar a los demás por medio de pintas.
El grafiti es caro por que la pintura es en aerosol, pero Bosco dijo que la diferencia es que el dinero que gana trabajando en una financiera es más redituable gastarlo en latas de pintura que en botellas de vino o cigarros.
Primero arte después vandalismo
Entre sus rechazos hacía algunos gobernantes es que en el caso de Pénjamo, recordó que cuando los candidatos andaban en campaña le decían a él y sus amigos que eran unos artistas y que les iban a dar el espacio que quisieran para grafitie, pero al llegar al poder la palabra cambiaba por vandalismo.
“El gobierno no apoya, en campaña te dicen es arte con tal de ganar votos y después vandalismo por que ya cumplieron con su objetivo; el grafitie es la expresión de ideas, todas llevan un mensaje, algunos de ellos políticos” dijo el artista.
Bosco posterior a realizar pintas en sitios prohibidos comenzó a transformarlos por caricaturas y después por murales, tatuajes, pintura en objetos usados o sea en cualquier punto en el que pueda plasmar una imagen.
Con ello el grafiti no sólo se formula en represión, sino que en su madurez llega a ser una de las artes más bellas que se llegan a formar y compenetrar en los muros que un día fueron parte de una sociedad cerrada a las ideas, expresión y sentimientos de algunos jóvenes que han visto como salida el arte callejero.
¿Quién es Bosco?
- Arturo Vega Tafoya o mejor conocido como “Bosco” es un joven originario de Tecomán, Colima, cuenta con 30 años y es soltero, pero lleva 8 años viviendo en Pénjamo.
- Es egresado de la Universidad Pedagógica Nacional de la licenciatura en educación.
- Comenzó a realizar sus primeros gratitis a la edad de 3 años.
- A la fecha ha pintado en los Estados de Querétaro, México, Colima y Guanajuato.
Sabias que…
- En diciembre de este año, Bosco estará montando una exposición con más de 50 trabajos en el jardín municipal Ana María Gallaga en Pénjamo.
- En Pénjamo comparte créditos con algunos artistas callejeros que por seguridad a su trabajo han preferido omitir sus nombres.
- En este municipio existen por lo menos 20 murales y pinturas de menor dimensión entre las calles principales.