Gerardo Uribe pinta con el corazón y la filosofía, no con las manos
Exhiben “Transferencias aleatorias y translúcidas”, su obra de arte abstracto, en el Congreso del Estado
Guanajuato, Gto.- Son 18 obras de arte abstracto, definidas como “explosión de colores y texturas” y son el resultado de una sólida formación académica como filósofo y artista. Dolorense, es egresado de la Universidad de Guanajuato y su creación impacta más porque no usa sus manos para pintas.
Dice un experto:
“El juego sustancial sobre el papel satinado logra contrastes magníficos. Las similitudes formales evocan un caleidoscopio proveniente de un mundo imaginario, reflejo de las cualidades del agua o de los cristales que permiten ver a través las transparencias y objetos flotantes sobre el plano pictórico”.
Gerardo Uribe Aguayo es licenciado en filosofía y doctor en Artes por la Universidad de Guanajuato, miembro de Pleno Derecho de la Asociación Mundial de Pintores con la Boca y con el Pie.
Nació en Dolores Hidalgo el 16 de marzo de 1963. Es hijo de Juan Manuel Uribe Luna y Rosa María Aguayo Medina. Nació sin brazos y con deformidad evidente en sus piernas. Es el quinto de ocho hermanos —cuatro mujeres y tres hombres—.
Su padre le enseñó a tomar el lápiz con el pie izquierdo, con lo cual pudo escribir letras y hacer dibujos desde los 5 años de edad. Un día, cerca de las 6 de la tarde, los visitó el director de escuela “Josefa Ortiz de Domínguez”, el profesor Alfonso Morales Villegas, quien se impresionó tanto al verlo dibujar que les sugirió a mis padres que me llevaran a la escuela.
Contra viento y marea comenzó su formación. Al terminar la primaria lo llevaron a la Ciudad de México, al Instituto Mexicano de Rehabilitación, en el cual pasó dos años y ahí comenzó de manera más formal su proceso de dibujar con los pies, pues no pudo hacerlo con brazos mecánicos que le proporcionaban y que, a la postre, dejó de usar.
Ingresó a la Escuela Secundaria Técnica número 4, de Dolores Hidalgo. Continuó con su gusto por el dibujo y se fijó la meta de estudiar filosofía y así llegó a la Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad de Guanajuato. Con ayuda de muchas personas familiares, amigos y compañeros de escuela, acudió a las clases de 1983 a 1987. Por la mañana asistía a clases de dibujo con el maestro Jorge Rocha en la Casa de la Cultura y por la tarde iba a las clases de filosofía.
En 1987, al término de sus estudios de filosofía, el Presidente de México, Miguel de la Madrid, le entregó el Premio Nacional de la Juventud en la Residencia de los Pinos en la Ciudad de México. Ese mismo año, se trasladó a San Miguel de Allende para estudiar dibujo de la figura humana con el maestro Jorge Vázquez en el Instituto de Bellas Artes de “El Nigromante”; al año siguiente, regresó a Guanajuato a la Escuela de Artes Plásticas con la maestra Patricia Van Vloten, donde aprendió las técnicas al óleo, el encausto y el temple.
En 1988 me impartía cursos de filosofía, psicología y dibujo entre otras materias; mientras pasaba por una situación económica difícil. Se dedicó plenamente al dibujo y para ser admitido como estudiante, envió sus mejores trabajos a la Asociación Internacional de Pintores sin Manos.
En 1990 fue nombrado becario de la Asociación y su obra comenzó a ser conocida. Tuvo otros talleres de técnicas con los maestros Luis Nishizawa, Douglas Dawson y Nicolás Moreno en Guanajuato, en 1992. Se desarrolló en varias técnicas asistiendo a cursos en Madrid, en España, permaneció seis meses en ese país gracias al apoyo de la Asociación. En 1993 se trasladó a Madrid a estudiar talleres libres de Fisiología en Movimiento en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense y donde llevé talleres de bodegón y desnudo, en el Círculo de Bellas Artes.
Hizo el doctorado en artes en la UG y ahora parte de su obra, la abstracta, es expuesta en el Congreso del Estado. Así señala la crítica de arte:
“El título de las obras seleccionadas obedece a la necesidad de reaccionar ante el juego visual de un tubo rodeado de espejos y cuyo fondo de cristales de colores a contraluz repiten sus figuras al infinito. Lo cual significa que la muestra en su conjunto se desarrolla bajo una sucesión de principio a fin hasta llegar a su conclusión visual”.