Felina visita -cuento-

Dicen, que los 27 de octubre, es el día en el que nuestras mascotas vuelven del más allá

Aquel pequeño cuadro de un bodegón, colgado en la pared, comenzó a moverse intempestivamente. Pensé que estaba temblando.
Al iluminarlo, pensé que se calmaría, pero lejos de eso, se movía con mayor fuerza, y efectivamente, no estaba temblando, lo único que temblaba era mi corazón al ritmo de mis piernas.
—Seguro es un bicho grande, pensé.
¿Pero que animal tan grande sería capaz de moverlo con tanta fuerza?. ¿Un alacrán, una cucaracha…?
Tomé el insecticida bañando la pared, mientras observaba por fin que aquel cuadro se quedaba en reposo.
Por una de las orillas del marco algo iba apareciendo.
—¡Maldita cucaracha!, pensé, tremendo susto que me has sacado.
No era una cucaracha. Una pequeñas patas negras comenzaban a asomarse. Eran como las de un ratón.
—¿Un ratón… no entiendo… cómo un ratón iba a estar en ese lugar?
Salió por completo, abrió sus alas y voló hacia donde yo estaba.
El grito fue tan fuerte, que seguramente se alcanzó a escuchar a veinte cuadras.
—¡No mames!, ¡no mames!, ¡no mameeeeeees!. Hasta ese momento me di cuenta de lo agudo de mi voz y de la velocidad de mis piernas.
Ya más tranquilo, lo busqué por todas partes, pero no lo encontraba.
“El Japo” mi gato, veía hacia el techo y sin quitarle la vista aquel pequeño murciélago lo veía de cabeza.
La neta, no sabía qué hacer. Entendía que es una especie protegida, pero sí tenía miedo de que pudiera clavarme sus colmillos y lejos de convertirme en vampiro, me pegara la rabia.
Nuevamente, aquel rey de las tinieblas abrió sus alas y bajó hasta donde estaba mi gatote.
“El Japo” solamente lo observaba, lo hacia con “ternura”, lejos de lanzarse a atacarlo, a jugar con él, a cazarlo, comenzó a acariciar a aquel pequeño ser alado.
Con una de sus pequeñas patitas, acarició los bigotes del murciélago y este sorpresivamente… ¡comenzó a maullar!.
La puerta estaba abierta, y en aquel vuelo de despedida, alcancé a ver los ojos de aquella extraña visita felina.
Dicen, que los 27 de octubre, es el día en el que nuestras mascotas vuelven del más allá. Llegan a visitar la casa en la que en la vida fue su hogar. “El Chikito”, pequeño hermano de “El Japo”, llegó en forma de murciélago.
In memoriam
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