Irapuato, Guanajuato.- La tormenta tropical Brenda a mediados de agosto del año 1973, trajo nubes cargadas de agua que llenaron las presas aledañas al municipio de Irapuato.
Fue entonces cuando la presa del conejo colapsó. El agua entró devastando la ciudad, los ríos de agua fueron inclemente, la tragedia estaba esperando, nadie se imaginaba la proporción del desastre.
Algunas personas estaban trabajando, cuando llegó el aviso de desalojo y a buscar asilo en los techos de las casas, que estaban más altas.
La señora María Soledad Borja de Ribera en su casa ubicada en la calle 16 de septiembre y Gómez Farías, de tres pisos, abrió las puertas de su casa para dar asilo a los vecinos salvando de las aguas a 50 personas.
María Soledad quien tenía un niño de 1 mes de edad y otro de 4 años, contó que el pequeño jugaba con el agua para pasar el rato de estar atrapado en aquel techo.
La señora Damaris vecina de la colonia las Rosas, recordó que el agua en la colonia tapó completamente las casas, “sólo sobresalían los tinacos”.
Más de cuatro días quedaron atrapados en los techos de las casas, que no se vinieron abajo, sin víveres y a la espera de recibir alguna ayuda.