Raúl Oropeza, una eminencia en la pintura y escultura irapuatense

Nieto del gran maestro Gerónimo López Escamilla, Raúl Oropeza, heredo la habilidad de con las manos, poder esculpir y crear arte

Irapuato, Guanajuato.- Raúl Oropeza López de 67 años de edad, es maestro de pintura en la casa de la cultura del municipio de Irapuato, gracias a sus conocimientos.

El cariño a esta noble arte, inicio por su abuelo, que era escultor y como en ese tiempo a la gente le gustaba hacer retablos para sus mandas, el maestro Raúl, le ayudaba a su abuelo; “Venia gente y quería pedirle a la virgen por su vaquita que tenía el pie quebrado o cualquier otra cosa y mi abuelo nos ponía a dibujar a mí y a mi hermano José, en los retablos a las vaquitas con el pie quebrado, ahí fue donde comenzó todo”, externó.

Toda la vida de Raúl en su niñez, fue en la calle Sostenes Rocha, pues la casa de su abuelo y su taller estaba ahí, el tan afamado y querido artesano Gerónimo López Escamilla.

“Mi abuelo, me dejo muchísimas enseñanzas, yo veía como se juntaba con Salvador Almaraz, lo visitaba José Gallardo, así como Anselmo Martínez, y yo en ese tiempo a la edad de 7 años, yo los admiraba y me encantaba sentarme con ellos y escuchar sus pláticas, sus técnicas, ver su trabajo”, señaló.

Al paso de los años, el maestro Raúl, fue aprendiendo poco a poco de cada uno de ellos y creció, comenzando a realizar las esculturas junto con su hermano José, para que su abuelo Gerónimo solo pusiera el toque final. Todo eso, enseño poco a poco las técnicas que el maestro Raúl, hoy en día ejerce.

El irapuatense, ha realizado todo tipo de esculturas y muchos años se dedicó a la fabricación de muebles “finos”, por ello, el maestro se siente feliz, de que aún muchas casas de Irapuato y de la región, cuentan con su arte.

Alrededor de hace 40 años, el maestro Raúl, ha sido parte importante de la Casa de la Cultura de Irapuato, así mismo, es el creador de los escudos de la ciudad, que están grabados en la madera de las puertas del mismo recinto.

Con un emotivo mensaje, el maestro finalizó; “He sido muy feliz, a todos mis alumnos los quiero mucho, son como mis hijos, les he enseñado diferentes técnicas de la manera más fácil para que ellos aprendan, espero que toda la juventud entienda que en lugar de que anden en la calle, deberían venir a inscribirse a los talleres, aquí los estaré esperando con los brazos abiertos”, concluyó el maestro Raúl.

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