“La quemada y la niña”: Historias de apariciones en Irapuato

Dos espíritus que se aparecen en el “edificio maldito” de la colonia de las Carmelitas, en Irapuato

“El edificio maldito” de las Carmelitas, donde se aparecen dos espíritus que tienen a Ernesto y a su esposa Daniela continuamente espantados por sus apariciones.

Ernesto chofer de un taxi y residente de los condominios que se encuentran en la colonia Las Carmelitas relató como “La niña” y “La Quemada” se parece continuamente en su departamento.

Recién que llegamos a vivir a esos departamentos, después de una jornada arriba del taxi, encontré a mi esposa temblando, toda pálida y viendo fijamente un punto en la pared, al preguntarle que le pasaba no pudo hablar, solo balbuceaba, comentó el taxista.

Hasta que por fin pudo pronunciar palabra me contó que se llevó el susto de su vida, pues en el pasillo del edificio se encontró con una niña que pasó caminando lentamente por el pasillo con ropa de otra época, a cada paso que daba la niña se iba despojando de su ropa y que al llegar a la escalera se desvaneció; mi esposa dijo que se asomó a la escalera, pero ya no vio a la niña.

Ernesto pensó que su esposa lo quería bromear, sin embargo, las apariciones siguieron ocurriendo, pero ahora el turno fue del conductor.

El taxista comentó que una noche en la cual la pareja se dirigía a comprar algo para cenar; Daniela fue la primera que salió del departamento, él iba tras de ella pero al cerrar la puerta se percató que no traía llaves, así que se regresó a buscarlas, pero al ingresar nuevamente al interior de la vivienda, una sombra se reflejó en la pared pero rápidamente se fue, así que no le tomó importancia.

Sin embargo, esa noche cuando ya la pareja dormía, Ernesto despertó y observó que en el pórtico de la recamará una mujer estaba parada ahí, observaba a la pareja dormir, al incorporarse Ernesto, la mujer se escondió tras la pared, pero se asomó al cuarto dos veces más, pero se volvió a esconder, comentó el asustado marido.

Dos días después de este echo Ernesto le contó a su esposa lo que había visto esa noche, acto seguido Daniela le dijo que justamente antes de que el llegara de la jornada una mujer estaba sentada en el sillón de su sala.

Ambos esposos coincidieron con la descripción de esa mujer, mencionando que en ambas apariciones los miró fijamente con unos ojos negros profundos, eso provocó en ambos un fuerte miedo, la mujer quien tenía el rostro descarnado, como si se hubiera quemado, sonrió, una sonrisa espeluznante que paralizó del miedo a la pareja.

Al terminar de contar lo que cada uno por separado habían visto, se escuchó un fuerte ruido proveniente de la recámara, un ruido que al parecer provenía de otra dimensión, pues jamás habían escuchado un ruido tan fuerte, tan escalofriante, que en cuanto lo escucharon los esposos salieron del departamento, fueron a casa de la abuela de Ernesto a quien contaron lo ocurrido y ella recomendó que regresaran a rociar agua bendita en especial en el pórtico del cuarto, para que “La Quemada” dejara de aparecer en la casa.

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Periódico Notus
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