
Guanajuato, Guanajuato.- En 1937, la guerrerense Aurora Meza fue designada presidenta del Consejo Municipal de Chilpancingo; en 1955, María del Socorro Blanc Ruiz fue designada presidenta municipal interina de San Luis Potosí. En 1958 surgieron las primeras mujeres electas para ser alcaldesas. Entre ellas estuvo una guanajuatense: la dolorense Virginia Soto.
Fue un proceso de larga lucha:
En 1917, el Congreso Constituyente determinó no otorgarle el voto a la mujer porque “hubo desconfianza respecto a si su lealtad sería con la iglesia o con la nación”. Esto originó que mujeres, encabezadas por Hermila Galindo de Topete, se manifestaran frente al Congreso exigiendo su derecho al voto.
Los más radicales movimientos feministas registrados durante la Revolución tuvieron lugar en la península de Yucatán y en entidades del sureste del país, al amparo del gobernador Salvador Alvarado, quien impulsó el Gran Congreso Feminista de Yucatán, y Felipe Carrillo Puerto, quien en 1922 envió a la Legislatura del estado una iniciativa que concedía el voto a la mujer. Surgieron las primeras regidoras y candidatas a diputadas locales, pero al caer el gobierno de Carrillo Puerto, las elecciones fueron anuladas.
El primer intento

Las organizaciones feministas de todo signo ideológico tuvieron un gran respaldo durante el gobierno de Lázaro Cárdenas. Para 1934, el Partido Nacional Revolucionario contaba con un sector femenil y las comunistas mantenían su línea de lucha radical. En 1935 nació el Frente Único pro Derechos de la Mujer, que reunía a 800 agrupaciones femeninas de todo el país y sumaba cerca de 50,000 integrantes. Aglutinaba desde socialistas hasta esposas de funcionarios del régimen. A pesar de las diferencias, coincidían en su afán de conquistar el derecho a votar y ocupar cargos públicos.
En los estados de Puebla y Veracruz hubo intentos de otorgar el voto a la mujer. La lucha por ese derecho persistió y, en agosto de 1937, el presidente Lázaro Cárdenas anunció en un mitin de la Confederación Femenina Mexicana en Veracruz el otorgamiento del derecho al voto para la mujer y en noviembre envió la iniciativa correspondiente al Congreso de la Unión para reformar la Constitución y considerar ciudadanos de la República a todos los hombres y mujeres que tuvieran la calidad de mexicanos y que tuvieran 18 años si eran casados o 21 si eran solteros.
El 4 de abril de 1937, las mujeres del Consejo Nacional del Sufragio Femenino, en esos momentos encabezado por Esther Chapa, postularon a Soledad Pérez Macías, conocida como Soledad Orozco, como candidata a diputada por León, Guanajuato. Sin embargo, el PNR designó a otros candidatos. Esto no las detuvo y, pese a no tener apoyo partidista, continuó con su campaña hasta junio de ese año.
Soledad Orozco fue una combativa feminista oriunda de Los Altos de Jalisco, pero radicada y formada escolarmente en León y participante con otras mujeres leonesas y guanajuatenses en luchas por los derechos feministas.
En marzo de 1938, el Frente Único Pro Derechos de la Mujer se incorporó al Partido de la Revolución Mexicana (nuevo nombre del PNR) con la esperanza de lograr el cumplimiento de sus demandas, mismas que fueron rechazadas de nuevo con un viejo argumento: el riesgo de que la Iglesia influyera en el voto femenino a favor de la “reacción”. La iniciativa cardenista de voto para la mujer fue aplazada. Lograr, años más tarde, el derecho de las mujeres a votar y ser electas fue el siguiente paso.
Lo más que logró el feminismo en ese año es que Aurora Meza fuera designada presidenta del Consejo Municipal de Chilpancingo, Guerrero.
El derecho al voto: la dolorense Virginia Soto, entre las primeras alcaldesas de México
La Unidad Nacional del gobierno de Manuel Ávila Camacho, quien relevó a Cárdenas, limitó la lucha de comunistas y feministas y disciplinó a las mujeres del partido oficial. Fue Miguel Alemán Valdés, al ganar la elección en 1946, quien decidió otorgar el derecho de las mujeres a votar en las elecciones, pero de manera paulatina, comenzando por el ámbito municipal.
Apenas tres días luego de tomar posesión del cargo, envió al Congreso de la Unión una iniciativa para reformar la fracción primera del artículo 115 constitucional, la cual fue aprobada y publicada en el Diario Oficial de la Federación el 15 de febrero de 1947.
Como resultado, surgieron las primeras delegadas en el Distrito Federal, en el poder judicial dos mujeres destacaron como agentes del Ministerio Público y una más como magistrada del Tribunal Superior de Justicia y Territorios Federales.
Las mexicanas iniciaban una larga lucha por sus derechos a nivel federal. Como respuesta a una Asamblea Femenil Nacional realizada por veinte mil mujeres el 6 de abril de 1952 en el parque 18 de Marzo de la ciudad de México, el recién electo Adolfo Ruiz Cortines anuncio que enviaría a las Cámaras una iniciativa para reformar el artículo 34 constitucional y demás relativos al voto femenino. El 17 de octubre de 1953 se publicó la disposición correspondiente y con ella inició la primera etapa del cumplimiento del voto para la mujer en el país.
El 9 de diciembre de ese año, Miguel Alemán presentó su iniciativa de ley y desde 1954 la mujer obtuvo el derecho a votar en todas las elecciones. El 3 de julio de 1955 por primera vez las mexicanas emitieron su voto en elecciones federales a fin de integrar la XLIII Legislatura del Congreso de la Unión.
En los años postreros fueron electas las primeras diputadas y alcaldesas en el país: fueron presidentas municipales María del Carmen Martín del Campo, por Aguascalientes; y Virginia Soto, por Dolores Hidalgo, Guanajuato.
Virginia Soto, fue postulada por el Partido Revolucionario Institucional y ganó por abrumadora mayoría y fue la primera mujer en la historia de Guanajuato y la segunda en la historia de México en ocupar ese cargo. En 1960, en que se cumplieron los 150 años del Grito de Dolores, fue la encargada de recibir al presidente de la República Adolfo López Mateos y al gobernador de Guanajuato Juan José Torres Landa en las celebraciones. Fueron inauguradas alrededor de 20 obras materiales, concedidas por el Gobierno Federal gracias a la gestión directa de la presidenta municipal.
