En la cárcel no se cuenta lo que pisas sino lo que pasas

Crónica de una visita al penal de León

León, Gto.- En el paso 38 hay una grieta, en el 170, escuchas los números de salida y en el 190 estas afuera del Centro de Readaptación Social en León y al contrario, cuando llegas no cuentas nada, sólo ves como te revisan.

A las 12:30 horas del día, lo primero que podía observar a los lejos era un retén con una patrulla de la Secretaría de Seguridad Pública, ahí estaban cuatro policías estatales; el estacionamiento con algunos vehículos y de ahí había que caminar a la primer caseta de acceso.

Antes hicimos una parada en una tienda de abarrote, una botella con agua, unos chicles y faltaban comprar tarjetas de teléfono, todo lo necesario para ingresar en el penal; Violeta y Alejandra, revisaban que no sobrará nada, pues ni las llaves o el cinto se permiten pasar.

“A donde van” dijo el primer oficial,

“al área de mujeres” respondió Alejandra

“y él tiene permiso o que”

“si lo sacamos, va a visitar a Erandi, es un amigo de la familia”.

El camino después de pasar la primera “aduana”  es llegar a la zona de registro, ahí te piden la credencial de elector, te toman una fotografía y te dan un papel de pase para poder acceder al Cereso.

Llevábamos dos bolsas que traían comida, algunas ropas, libros, un tinte para el cabello y un poco de fruta; en la otra, papel higiénico, jabón en polvo, galletas, fotografías, unos tenis y dinero.

Las bolsas, tienen que pasar por un detector de objetos metálicos, después varios guardias, piden que se abra cada uno de los paquetes para revisar que no vayan armas o drogas.

“El agua no la pueden pasar, ni los tenis, voy a checar si el tinte pasa” dijo un oficial de al menos un metro con 80 centímetros; al poco tiempo las cosas son revisadas “es mucha sandia, la van a tener que tirar”, dijo el mismo oficial “pero si otras veces si la dejan pasar” dice Violeta, “pero conmigo no pasa”.

Del lado derecho las mujeres son revisadas y del lado izquierdo, donde se encuentra la mesa de revisión de objetos, se encuentran varios cubículos, ahí un guardia, cierra la puerta y dice “saca todo lo que traigas, voltéate de frente a la pared te voy a revisar”.

Hay que llegar a una puerta, -preguntan tu nombre y la persona que visitas- y ahora si puedes pasar a otras dos puertas más; la segunda es para que te pongan un sello en las muñecas de las manos y entregues tu credencial de elector.

Acto seguido pasas por varios túneles, hasta llegar al interior del Cereso; “no quiere que le cargue las bolsas” dice uno de los reclusos que se tratan de ganar unos pesos para sobrevivir en el interior.

El área de mujeres ya se observa, en la tienda de abarrote se encuentra una mujer que tiene 16 años encerrada y que por el tiempo que todavía le falta, se ha ganado el derecho de atender el único espacio comercial que en ocasiones abre y vende un poco más caro que una tienda “normal”.

Ya en el interior, todo es en color biege, algunas mujeres son visitadas, otras permanecen inertes ante lo que hay a su alrededor, el hecho es que se siente desconfianza, tristeza y enojo; ‘no puedes voltear a ver que hay a tu alrededor, pues es riesgoso y tienes probabilidades de obtener una mala cara o peor aún un reclamo’.

Erandi Alicia, Enrique Roa Quintero y María Guadalupe Quintero Domínguez, esperan impacientes a sus invitados, pues traen un color distinto, un olor distinto, un sentir diferente, el horario de visita concluye a las cuatro en punto, una guardia avisa a Enrique que regrese a su celda y a su hermana Erandi y su mamá María Guadalupe, les dice que pueden estar unos minutos más.

La familia Roa Quintero, se encuentra acusada de fraude en al menos 15 casos en los que presuntamente pagaron con cheques falsos a los propietarios de vehículos, que exigen el dinero que les prometieron y que al parecer ellos –familiares acusados- fueron los responsables.

La realidad es que Erandi, Enrique y María Guadalupe, no mataron a nadie, ni tampoco secuestraron o al menos han sido condenados, ni siquiera se han presentado elementos suficientes en su contra, aunque si, por el momento están en una cárcel, donde no se cuenta lo que pisas sino lo que pasas.

Énfasis

Parte 1

Reportaje relatado a través de la visita realizada a la familia Roa Quintero el Sábado 28 Septiembre, año 2013. Permiso para ingresar como conocido de los reclusos acusados de fraude, sin el uso de cámaras, micrófonos, libreta, pluma u otro aditamento para poder obtener la información.

ESAÚ GONZÁLEZ / NOTUS
Twitter: @EsauGlezF