El Niño Perdido de El Tlacuache: Protector de niños y migrantes

El 4 de enero lo sacan en procesión por las principales calles de la comunidad y el 6 es su fiesta

Pénjamo, Guanajuato.- La comunidad de El Tlacuache, ubicada en Pénjamo, celebra el 6 de enero la fiesta del Niño Perdido de El Tlacuache, considerado por sus devotos como un símbolo milagroso de salud y protección.

Según cuenta la tradición, el Niño Perdido era una figura del Niño Jesús que habitaba en una humilde casa junto a su familia en la comunidad. Un fatídico día, un incendio de origen desconocido devastó el hogar, cobrando la vida de toda su familia. Milagrosamente, el pequeño sobrevivió, aunque quedó con quemaduras y su rostro maltratado. Con el tiempo, se convirtió en un símbolo sagrado y venerado en la localidad, transformándose en un santo.

¿Por qué se le llama el Niño Perdido? La leyenda cuenta que en algún momento, la imagen del pequeño desapareció, presuntamente robada por alguien, lo que enfureció a los habitantes del lugar. Sin embargo, la figura apareció misteriosamente después, sorprendiendo a la comunidad de El Tlacuache. Además, los pobladores afirman que la cara del santo se deteriora con el tiempo, mostrando quemaduras similares a las que sufrió durante el accidente. Aunque ha sido restaurada, continúa mostrando signos de maltrato.

Este pequeño santo es objeto de devoción por muchas personas en México, especialmente por los migrantes, quienes, según la historia, buscan protección para llegar sanos y salvos a sus hogares, al igual que el Niño Perdido lo hizo.

Personas devotas del Niño Perdido comparten sus experiencias y milagros que atribuyen al santo. Rosa María Navarro Gutiérrez, oriunda de Michoacán y residente en Ontario, California, desde hace 30 años, es una ferviente creyente que siente una conexión especial con el niño. Ella encomienda a sus hijos y familia a su protección y agradece por los favores recibidos, como la exitosa operación de su padre en las piernas. Aurelia Cendejas, originaria de La Piedad, Michoacán, también cuenta cómo encomendó a su hijo extraviado durante su viaje hacia Estados Unidos, y gracias al Niño Perdido, recibió noticias de él y su regreso seguro.

Para llegar al lugar donde se encuentra el Niño Perdido de El Tlacuache, se debe tomar la carretera Pénjamo-La Piedad y después desviarse por la carretera conocida como La Herradura, recorriendo aproximadamente 8 kilómetros hasta llegar al poblado.

Es interesante saber que el 4 de enero, el santo realiza un recorrido por las principales calles del poblado acompañado por una banda de viento, y el 6 de enero, se celebran varias misas en su honor. Afuera del templo, se venden antojitos, molcajetes, frutas, veladoras y recuerdos para los devotos que acuden a la festividad.

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