Don Chuy el panteonero de Manuel Doblado

Desde hace 21 años ha estado a cargo de dar mantenimiento en el panteón municipal

Manuel Doblado, Guanajuato.- Don Chuy Murillo es un hombre sensible que, pese a ver la muerte de manera cotidiana porque es el panteonero en el panteón municipal de Manuel Doblado, sigue llorando cada vez que llega el cuerpo de una mujer que ha dejado en la indefensión a sus niños.

Jesús Murillo “Don Chuy”, llegó a Manuel Doblado en el año 2000, pero en ese tiempo trabajaba en una revista llamada “El Portavoz de Santa Ana”, un medio informativo que se repartía en el poblado de Santa Ana Pacueco, en Pénjamo.

Sin embargo, el “periodiquito” como lo llamó Jesús, duró poco tiempo y se quedó sin trabajo, aunque la alcaldesa de ese momento Alicia Villanueva, lo contrató como fotógrafo de ella y posteriormente le ofreció el cargo en el panteón municipal.

“He estado con todos los presidentes que han pasado del 2000 a la fecha; la política me trajo a esto, cuando llegué aquí el panteón, era una selva, yo era periodista, tenía un periodiquito, cuando los compañeros no quisieron seguir el periódico, me invitó Alicia de fotógrafo, me fui al panteón porque ahí era de planta” dijo Don Chuy.

Lo han espantado

Jesús Murillo originario de un poblado que se llama Cerro Blanco, entre la barranca del Chilar, el Pandito, en Pénjamo, llegó a los 28 años a Manuel Doblado. Cierto día, recordó que iba cargando los restos humanos de un hombre llamado Miguel que al parecer lo espantó.

“Traía unos restos humanos, acababa de hacer una exhumación y por esta calle, por el centro, quise correr a la puerta y estaba cerrada con candado, mi cabello se fue hacia arriba, me dio coraje y el finadito se llamaba Miguel y le dije, Miguelito si eres tu, yo sólo hago mi trabajo, con voz fuerte le dije que ni siquiera te conocí y cuando dije esas palabras, sentí mucha paz. Puse los restos en la capilla y me fui”, dijo el sepulturero.

Finalmente, Don Chuy, comentó que él no tiene un espacio en el panteón y el día que muera posiblemente sea enterrado en alguno de los panteones de los alrededores “no tengo un espacio en el panteón, no quiero que la gente piense que me aproveche del puesto”.

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