Guanajuato, Gto.- La pérdida del registro del Partido de la Revolución Democrática (PRD) representa la pérdida del registro original del decano de la izquierda en México: el Partido Comunista. Al igual que el primer PCM, la alianza de la izquierda electoral generó la decadencia y muerte. Así lo señala la historia:
Primeros partidos comunistas
El 24 de noviembre de 1919 se fundó el Partido Comunista Mexicano en un del Congreso Socialista Nacional —en el que se planteó que el partido debía afiliarse a la Tercera Internacional (llamada luego “Comitern”)— y a la intervención de personajes extranjeros como José Allen, Manabendra Nat Roy y Lin Gale. Como Allen era un agente del gobierno de los Estados Unidos infiltrado en el movimiento obrero mexicano, fue expulsado y varios mexicanos retomaron el liderazgo en diversas organizaciones comunistas. Uno de ellos fue el guanajuatense Nicolás Cano, quien había sido diputado constituyente y formó el Partido Comunista Revolucionario de México que tuvo en la ciudad de Guanajuato su lugar de refugio, apoyado por el gobernador Enrique Colunga.
Fue impulsado por extranjeros más ligados al anarquismo. No duró mucho como partido, pero sus militantes se mantuvieron activos. En 1923, los comunistas apoyaron a Plutarco Elías Calles, quien al llegar al poder los persiguió. En 1928 apoyaron a Álvaro Obregón y en 1929 tuvieron candidato propio, pero al emerger el Partido Nacional Revolucionario (PNR), antecesor del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quedaron relegados.
Lázaro Cárdenas apoyó a los comunistas y la cercanía con el poder, así como el apoyo dividido entre los seguidores de León Trotsky y los de José Stalin, generaron una ruptura al interior del partido con la expulsión de militantes, entre ellos el guanajuatense Diego Rivera.
Cuando en 1942 México declaró la guerra a los países del eje, los comunistas, junto con el naciente Partido Acción Nacional (PAN) se integraron al Pacto de Unidad Nacional en su lucha contra el fascismo. La cercanía con el gobierno postrevolucionario los llevó a tener como candidato común -junto con el Partido de la Revolución Mexicana (como se llamaba el PNR a partir de 1938)- a Miguel Alemán en 1946. El que fuera el primer civil le cambió a PRI el nombre al partido oficial y terminó por quitar el registro a su antiguo aliado comunista en 1951.
Desde ese año y hasta 1976, el PCM encabezó, sin tener recursos ni registro, las más combativas luchas sociales del país. Destacó la participación de comunistas en las luchas de ferrocarrileros, maestros y el movimiento estudiantil de 1968.
En 1976, sólo hubo un candidato oficial: José López Portillo. El PCM compitió, sin registro legal, con Valentín Campa. De los alrededor de 10 millones de votos, casi uno fue para el comunista.
El retorno legal del PCM
Ante la falta de legitimidad internacional del gobierno de López Portillo, en 1977, el priista Jesús Reyes Heroles impulsó una reforma política que planteó la libertad de presos políticos (en su mayoría comunistas), el modelo de representaciones plurinominales y la creación de nuevos partidos. El PCM retomó su viejo registro.
En 1981, el PCM se alió con fuerzas políticas menos radicales y se convirtió en Partido Socialista Unificado de México (PSUM), que competía con otros partidos también de ideas de izquierda. En 1987 se fusionó con el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT) y se convirtió en Partido Mexicano Socialista (PMS).
Nace el PRD
En 1987 un grupo de priistas, encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez, se separa del partido. El líder y candidato del PMS era Heberto Castillo, quien declina su candidatura a la presidencia de la república en favor de Cárdenas. Esto aglutina a fuerzas socialistas, comunistas y nacionalistas y crean el Frente Democrático Nacional (FDN), aunque formalmente el registro era el del PMS.
Tras las elecciones de 1988, calificadas como fraudulentas por la izquierda mexicana, la mayoría de integrantes del FDN deciden formar un nuevo partido, pero ante las circunstancias para tal efecto, aprovechan el registro del PMS y el 5 de febrero de 1989 lo transforman en Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Durante el sexenio de Carlos salinas de Gortari, quien es señalado como el resultado del fraude, los perredistas fueron perseguidos, tuvieron al menos 600 asesinados y más de mil encarcelados. El partido tuvo un estigma de violento, pero también una base social que lo apoyaba.
En 1996, el expriista Andrés Manuel López Obrador -que no había querido seguir a Cárdenas y Muñoz Ledo en 1987- se integra al PRD y lleva con él a un gran número de militantes que abandonaron al PRI. En 1977 es electo presidente nacional del partido. Con recursos y la experiencia política de corte priista, el PRD se convierte en partido ganador: logran en 1977 -con Cuauhtémoc Cárdenas como candidato- ganar la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal.
El partido se fortalece en la capital del país y gana estados y municipalidades hasta convertirse al principio del siglo XXI en la tercera fuerza político-electoral del país.
Tras tres candidaturas fallidas de Cárdenas (1988, 1994 y 2000), el PRD lanza en 2006 como candidato a López Obrador. Su postura de lucha frontal contra los dominantes PRI y PAN divide al PRD. En 2012 vuelve a ser candidato ante un PRD ya debilitado que sólo tiene en la combativa figura de su abanderado la fuerza principal que lo sostiene.
Muere el PRD
López Obrador formó en 2011 una asociación civil llamada Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) para tener votos de ciudadanos que simpatizaran con él aunque no apoyaran al PRD. Esa estrategia le permitió generar una imagen de diferenciación con el partido. El grupo dominante en el PRD decidió aliarse con PRI y PAN en el llamado “Pacto por México”.
López Obrador, quien hizo que en 2014 Morena se separara del PRD y en sólo un año logró su registro y debilitó notoriamente al PRD.
Tras la salida de López Obrador el PRD tuvo una caída notable en las preferencias electorales. Ya había habido alianzas con el PRI (que rechazó López Obrador) y en 2018 lo hizo con el PAN.
López Obrador ganó la presidencia de la república. En los comicios de 2021, el PRD pasó a ser una fuerza mínima en los congresos, gubernaturas y alcaldías y una parte de sus candidatos electos desertó del partido para irse a Morena y -como en Guanajuato- al PAN.
Finalmente, en 2024 perdió su registro al no lograr el mínimo del 3 por ciento de la votación. No era cualquier franquicia: llevaba consigo la del Partido Comunista Mexicano.
Ahora Morena, sin ser socialista ni mucho menos comunista, tiene en el esquema de “ayudas sociales” su principal fortaleza ante los sectores más pobres del país, sectores a los que el PCM abanderó de manera marginal y que PSUM, PMS y PRD nunca pudieron seducir. Fueron partidos de arraigo entre sectores universitarios y de clase media. Morena -conformado por expriistas, experredistas y expanistas- ahora tiene seguidores de todos los grupos sociales y de ideologías que van de la ultraderecha a la izquierda radical, unidos por la figura del carismático Andrés Manuel López Obrador.
Sería interesante saber que pensarían Vicente Lombardo Toledano, Valentín Campa o Arnoldo Martínez Verdugos, auténticos comunistas.