Río de Janeiro, Brasil
En la playa de Copacabana este martes fueron expuestos 12 balones con cruces rojas como protesta respecto a los gastos que el Gobierno de Brasil ha hecho para la organización del Mundial.
Los balones, cada uno representa una de las sedes del evento, miden 2 metros de diámetro y fueron ubicados frente al hotel Copacabana Palace, uno de los más exclusivos de Río de Janeiro.
Un Mundial en un país de miseria financiado con dinero público es un problema moral”, decía el letrero de protesta.
La autoría de este acto corresponde a la organización no gubernamental Río da Paz, que la semana pasada ya había exhibido los mismos en la Explanada de los Ministerios, donde se localizan los edificios del poder público en la ciudad de Brasilia.
Esta protesta va dirigida tanto a las autoridades brasileñas como a la FIFA, y a los candidatos a la presidencia de las elecciones que se llevarán a cabo en octubre, según apuntaron los voceros de la organización Río da Paz.
Los activistas solicitan que en el partido inaugural del Mundial se guarde un minuto de silencio en memoria de los ocho obreros que murieron en la construcción de los estadios que serán usados en la competición.
Además, la organización le exige al Gobierno que pida perdón por “haber invertido una fortuna de dinero público en una competición deportiva”, que, según cifras oficiales, le ha costado unos 25.000 millones de reales (11 mil 300 millones de dólares) al Estado.
Diversas organizaciones sociales han convocado a protestar durante el Mundial, principalmente, por el supuesto desvío de dinero que estaba destinado para obras públicas y que fue utilizado para el evento deportivo.
