“Ya eyacule”

Ya eyacule, fue la melodía que estaba escuchando del excelente cantautor Joaquín Sabina, cuando recordé aquellos tiempos de juventud en los que quería perder aquello que se llama “virginidad”.

Apenas iba a cumplir los 14 años, cuando en mi mente creía que ya estaba en tiempo, que ya tenía le edad para conocer otro tipo de cosas; en una reunión uno de los muchachos con los que estaba le decía a una de los acompañantes de qué color eran sus pantaletas y pues no me la crean, pero me reía como tonto porque ni siquiera sabía que era una pantaleta.

No les voy a contar el año ni la forma en la que deje ese último punto de inocencia, eso no se dice o al menos un servidor no lo hace porque ya ni me acuerdo, sólo les digo que cuando la mente empieza de cochambrosa te puede jugar muchas malas pasadas.

Hoy en día los jóvenes se quieren acabar el mundo y escuchó que a los catorce que empezaba a pensar en esas cosas, me ganan y dobletean; no me espanto por que pudiera ser que en aquel tiempo mis padres estarían pensando que a los 16 o 18 años andaban en las mismas, pero yo ya la recortado dos años a esas tropelías, aunque aclaro que no fue a esa edad, cuando tuve la dicha de estar con una mujer en la intimidad.

Lo que quiero decir que cada vez los tiempos se recortan tanto que posiblemente en unos 15 años o menos, los muchachos y muchachas a los 10 años, siendo aún niños, ya piensen en tener un encuentro sexual.

La realidad es que ni a los catorce que tenía estaba preparado, ni a los 15, 16 o poco más años podría estar consiente que un encuentro de ese tipo me podría cambiar la vida. La sexualidad hay que vivirla a tiempo y en su momento.

Afuera de la casa mi suegra a diario, la banqueta parece una gran cama y encima de ella, un par de jovencitos que apenas y rebasan los 14 años, parece que les falta cobija y les sobra colchón. A veces he estado tentado a pagarles un motel o algo así, pero que pasaría si las cosas llegan más haya.

Una de las responsabilidades como padre es que tus hijos aborden estos temas con libertad, pero no con libertinaje, recuerda que los tiempos son los mismos, los únicos que los vemos diferentes somos aquellos que hemos empezado a madurar.

Me puedes contar tu historia y enviar tus comentarios, me encuentro a tus órdenes, Siempre Listo para Servir