Irapuato, Guanajuato.- Teresa Velázquez, de 61 años, trabajaba en una fábrica de ropa en el municipio de Silao, donde posteriormente conocería al amor de su vida y actualmente su esposo José Alfredo García. El vínculo amoroso se originó en los pasillos de la fábrica, donde trabajaban juntos, lo que comenzó como una simple amistad se transformó en un romance que ha “resistido la prueba del tiempo”.
Después de dos años de noviazgo, Teresa y José Alfredo decidieron unir sus vidas en matrimonio; hoy, tienen 43 años juntos, bendecidos con cuatro hijos: tres mujeres y un hombre, quienes han sido testigos del amor de sus padres a lo largo de los años, dijeron los casados.
En esta historia de amor, Teresa desafió los paradigmas impuestos por la sociedad y fue ella quien conquistó el corazón de José Alfredo, un hombre de un perfil reservado. Lo sacó de su zona de confort, llevándolo a disfrutar de actividades como ir al cine, bailar en eventos sociales e incluso explorar ferias locales, aunque a él no le gustaran todas estas actividades, las realizaba por estar con ella.
Recuerdan con nostalgia que, en aquel entonces, una ida al cine costaba entre 4 y 5 pesos la entrada, mientras que las palomitas rondaban los 3 o 4 pesos, el refresco se adquiría por 5 pesos, siendo lo más caro los helados que se situaban en los 7 pesos.
La clave de su matrimonio, según relatan, radica en el respeto constante que han mantenido a lo largo de los años. Aunque como cualquier pareja han experimentado momentos de enojo, nunca han recurrido a los gritos, las agresiones físicas o las palabras hirientes.
Actualmente José Alfredo es quien despliega una paciencia “infinita” con sus nietos, mientras que Teresa no les tiene tanta paciencia y pareciera que juegan a un rol de “policía bueno y un policía malo”, lo que no se pone en duda es que su amor continúa floreciendo en nuevas etapas de la vida.
