A propósito del grito

adrianadonlucas

A tan solo  tres semanas de haber iniciado el ciclo escolar los docentes en servicio empezamos a experimentar angustia y un desasosiego inusual por los acontecimientos recientes en los que nuestro gremio se ha visto involucrado, puesto que, ante y en la sociedad, existen perspectivas devenidas de ello las cuales son disimiles e inclusive contradictorias ya que conviven visiones diversas con un discurrir  que parece normal.

El primero de los acontecimientos que presuponemos fija posturas contrapuestas es la aprobación de la Ley del Servicio Docente que al mover los márgenes en los que se vivía la profesión, da pie a la existencia de argumentaciones a favor basadas en los artículos de esta ley y que afirman que lejos de lesionar los derechos de los trabajadores los potencia que les permite mejoras en todos los sentidos e incluso dignifica la profesión.  Quienes ostentan un posicionamiento contrario utilizan los mismos artículos pero realizan una lectura con argumentaciones diferenciadas en las que se afirma se lesionan los derechos y se insiste en el peligro de la estabilidad laboral. Ambas posturas en su discurrir dejan en claro que se tiende a confundir los que son los derechos laborales con los logros sindicales, el salario como derecho laboral se confunde con las compensaciones o bonos obtenidos de logros sindicales, por ejemplificar.

Un segundo acontecimiento es el rumor generado en las redes sociales sobre “la recontratación” a través de la firma del recibo de nómina. Hubo quienes dieron catedra en explicar lo que significan los numerales contenidos en las claves de cobro, en describir las únicas condiciones en que se puede recontratar –vía recursos humanos y no financieros- a los trabajadores, así como quienes discutieron el peligro del cambio de clave para centralizar los recursos destinados a salario. Lo anterior  nos deja varias interrogantes, pero no creemos que sean dilucidadas por lo contenido en la reforma educativa pues tememos encontrarles respuestas en la reforma hacendaria.

El tercer acontecimiento es el que cala en lo profundo de quienes nos decimos docentes, independientemente de las ideas sindicales a las que seamos afines nos duele ver que se trate de legitimar el uso de la fuerza pública, que se considere un mal necesario tomar medidas disciplinarias para no dar muestra de debilidad, que se someta a quienes declaren disenso de las ideas oficialistas, duele que se vea a los maestros de la CNTE como el detonante y la causa que  dispuso al estado a reprimir, a tomar medidas drásticas, puesto que si bien hoy les toco a este grupo de expresión sindical, es de esperar que en un futuro próximo pueda usarse este mecanismo de poder- control contra cualquier sector de la población que manifieste su descontento, originado por motivos diversos, pero que involucre al gobierno. Por tal motivo, ningún docente debería estar a favor del desalojo del zócalo capitalino, pues se corre el riesgo de ir en contra del fin ulterior de la Educación: el formar ciudadanos libres.

Aunado a lo anterior, está el hecho de la entrega de diagnósticos como comienzo del rendimiento de cuentas de las primeras evaluaciones, en puerta el dar altas y bajas en control escolar, el seguir sopesando la falta de libros para el total de los alumnos que se atienden, el lidiar con las goteras por el mal tiempo y por las pésimas condiciones de la mayoría de los planteles, así que mejor doy un grito de angustia en lugar del tradicional ¡Viva México!

ADRIANA LORENA DONLUCAS SALDIVAR
Maestra en Docencia y Procesos Institucionales por la Universidad Autónoma de Zacatecas
Twitter: @adydonlucas
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