Un grupo de reclusos de Alabama, Estados Unidos, puso en marcha un particular plan para fugar de prisión, aunque para ello tuvieron que sacrificar algo muy preciado: su comida. Cada uno de los 12 encarcelados implicados acumularon por varios días la crema de cacahuate de sus sándwich y la guardaron.
La oficina del sheriff del condado de Walker explicó que, luego, uno de ellos usó la mantequilla para pintar el número que identificaba su celda modificándolo por otro: el de la puerta de salida.
Los reos tendrían que esperar el turno del nuevo guardia de seguridad, quien todavía no estaría familiarizado con los números y calabozos.
Cuando el recluso le pidió que abriera su celda, el inexperto agente miró el número identificatorio y presionó sobre el botón correspondiente, pero terminó liberando la puerta que le que permitía a la docena de prisioneros escapar.
Los delincuentes utilizaron frazadas y sábanas para poder traspasar el último muro de la prisión, y de esta forma concretaron en plan más risible -pero efectivo- de los últimos años.
“Cambiaron el número de la puerta con mantequilla de maní. Puede sonar loco, pero esta clase de personas hacen cosas locas como unos zorros. El custodio pensó que estaba abriendo la puerta del hombre que pidió salir, pero, de hecho, abrió la puerta exterior”, indicó el sheriff James Underwood.
Pese al gran escape, a las pocas horas, 11 de los prisioneros fueron recapturados. Solo uno se mantiene fugitivo. Están detenidos por cargos de asesinato y narcotráfico, entre otros delitos, por lo que son considerados presos de alta peligrosidad.
Como medida de seguridad, las autoridades de Alabama pidieron a los vecinos del condado de Walker no salir de sus casas y no hablar con extraños.
