El Mundial de Rusia estaba siendo perfecto a nivel de seguridad, con cero incidentes entre radicales, hasta que en el día más señalado, la final, cuatro miembros del grupo Pussy Riot, vestidos de policías, burlaron el control de los stewards para detener el encuentro entre Francia y Croacia.
Pocos minutos después, Pussy Riot, que lucha por defender los valores feministas en el mundo, se atribuyó el incidente, según comunicó la agencia de noticias Associated Press. Este colectivo, de origen ruso, ya ha tenido diversas hostilidades con el gobierno que preside Vladimir Putin.
Pussy Riot. Este colectivo, de origen ruso, ya ha tenido diversas hostilidades con el gobierno que preside Vladimir Putin
Los inesperados protagonistas saltaron al césped al inicio de la segunda parte pero fueron neutralizados de inmediato por los miembros de seguridad del estadio de Luzhniki sin más consecuencias. Las vestimenta de los cuatro era similar a la de los policias británicos, coloquialmente conocidos como bobbies.
Los meses previos a la cita en Rusia se vivieron con gran preocupación debido a los mensajes de distintos grupos de hooligans que amenazaban con boicotear el campeonato mediante actos violentos. Un escenario que no se ha producido gracias a la gran organización de los rusos.