Irapuato, Guanajuato.- Uno de los grandes cambios que trajo la pandemia del coronavirus fue la educación, el cierre de escuelas desde el 13 de marzo de este año, fue una de las grandes preocupaciones para maestros de todos los niveles educativos quienes se enfrentaron al enorme reto de tenerse que reinventar y actualizar en el mundo digital para poder seguir trabajando, impartiendo clases a estudiantes que no podían quedarse en el camino cuando la necesidad de aprender es mucha.
Tal es el caso del maestro Belman, profesor de Historia en nivel secundaria con más de 600 alumnos de la escuela Secundaria Técnica 14 ubicada en Rancho Grande del municipio de Irapuato.
“Ha sido un gran reto el tener que localizar a mis alumnos, la escuela me facilito una lista con los nombres de los alumnos por grado, pero solo muy pocos se contactaron conmigo para preguntar la manera en que trabajaríamos, fui yo quien buscó alumno por alumno para empezar a darles los trabajos que tenían que realizar” dijo el profesor.
Aunado a esto, el sector educativo ha capacitado con cursos virtuales a los maestros con la finalidad de darles herramientas para que puedan trabajar en línea, pero, además, de acuerdo con el profesor Belman, esta modalidad también ha implicado gastos que no tenía previstos, como por ejemplo, el comprar una computadora, incluso algún escritorio o mesita que pudiera acomodarse en algún rincón de la casa para “improvisar” un pequeño salón de clases.
“Por momentos me siento estresado, mi celular me suena todo el tiempo porque las tareas me las envían por WhatsApp, imagínate son 600 alumnos, algunos mandan trabajos y otros definitivamente no se reportan, les he marcado para preguntarles porque no mandan tareas, casi siempre los motivos son porque trabajan y no tienen tiempo de hacerlas, tenemos que llenar un formato de los alumnos que prestan interés y de los que no, para que posteriormente la trabajadora social indague el motivo” comentó el maestro.
“De mis alumnos, los de tercer año son los que más han desertado, son aproximadamente 8 los que dejaron de estudiar este año, la mayoría porque necesitan trabajar, con el resto de los alumnos en realidad es difícil poder evaluar si realmente están aprendiendo, sobre todo porque la secretaría de educación no nos permite poner una calificación menor a 8, entreguen o no entreguen trabajos, tengo alumnos que solo me entregaron una tarea en lo que va del año pero ya tienen una calificación aprobatoria por requisito, la cruda realidad va a ser cuando regresemos a clases presenciales, el rezago educativo será nuestro nuevo reto”
“Mucho se habla del estrés por las clases virtuales, desde mi punto de vista y con mis alumnos yo pienso que nuestro gran problema no es estrés si no el ausentismo, a veces uno se queda hablando solo, cuando menos te das cuenta en la clase ya solo esta conectado uno o dos alumnos, los demás quien sabe dónde anden y no puedo obligarlos a estar presentes porque a veces desconocemos los problemas a los que ellos se enfrentan, porque muchos no cuentan con internet, y los gastos de tarjetas para celular son considerables, de acuerdo a su situación tenemos que adaptarnos y recibir trabajos como ellos puedan enviarlos”
“Esta pandemia del coronavirus ha venido a sensibilizarnos y a tratar de comprendernos un poco mas maestro y alumno, ha sido un año difícil, de muchas adaptaciones, de buscar formas nuevas de trabajo pero sobre todo de avanzar con los recursos que se tienen y a las posibilidades de cada quien, cuando todo esto pase, estoy seguro que estaremos preparados para enfrentarnos al siguiente reto que es el rezago, y por muy complicado que suene, vamos a saberlo trabajar, el mundo está lleno de cambios y quienes no se adaptan no avanzan, nosotros estamos en el camino pero tengo la satisfacción que de mi parte y de mis alumnos hay un gran esfuerzo” dijo el maestro.
