Por El Columpio. La salida de Juan Manuel Oliva va más allá de un debilitamiento y una ruptura al interior del PAN: marca el regreso de ese sector de la derecha doctrinaria católica, conservadora, fundamentalista, distante de muchas realidades actuales, pero aún con fuerza política suficiente para ganar espacios de gobierno.
Esa derecha religiosa fue la que hizo ganar al panismo en su lucha contra el aborto; de la parroquia al autobús y de ahí a la manifestación. Es una derecha que, pese a todo, sigue viva. Del registro logrado y las posiciones ganadas en 2027 se sabrá qué tan fuerte es. La duda es si competirá con el sector pragmático y clientelar que se quedará en el partido o si serán aliados con siglas diferentes.
En Guanajuato, personajes como Carlos Medina Plasencia y Vicente Fox encabezaron al grupo de empresarios locales que se pusieron la camisa azul hace más de 40 años, cuando decidieron aliarse al blanquiazul, porque querían quitar al PRI del poder, ahora podría u otros empresarios y políticos buscan los mismos, es decir, ya ni PAN, ni MORENA y el PRI al parecer ya ni existe.
Hay que recordar que una nueva derecha panista y priista dominó el espectro político nacional y estatal. Los doctrinarios del PRI se fueron al PRD y de ahí habrían de pasar a Morena y el PAN, en Guanajuato, se quedó en manos de los empresarios que ocuparon alcaldías en las principales ciudades del estado. Habría de llegar luego la burocracia partidista al poder.
El PAN tuvo gobernadores empresarios como Medina Plasencia y Vicente Fox, doctrinarios como Juan Manuel Oliva, Juan Carlos Romero Hicks o Miguel Márquez Márquez. La burocracia partidista llevó al poder a Ramón Martín Huerta, Héctor López Santillana, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo y Libia Dennise García Muñoz Ledo. Los doctrinarios comenzaron a perder más espacios.
