Pénjamo, Guanajuato.- Joaquín Pardavé “dijo que él se había equivocado de carrera, en lugar de ser artista hubiera sido político, él quería mucho a Pénjamo. La casa donde él se quedaba esta donde ahorita está el Bancomer (zona centro de Pénjamo) y ahí lo conocí, yo estaba muy niño”, relató Arturo Castillo ex cronista de Pénjamo.
El historiador, dijo que “ya luego para el centenario de su nacimiento, me fui a México a llevarles la invitación a la familia de Pardavé para que vinieran a la revelación de la placa del auditorio que lleva su nombre”, al comentar parte de la experiencia que tuvo con al artista.
Joaquín Pardavé nació en Churipitzeo, Pénjamo, un 30 de septiembre de 1900, durante una gira de trabajo de sus padres quienes eran actores de teatro español. El penjamense al crecer en el seno artístico, logró dirigir, actuar y componer diversas obras musicales, convirtiéndose en un icono de la época de oro del cine mexicano.
En 1916 falleció Delfina Arce Contreras madre del artista, por lo que Pardavé decide irse a trabajar a Monterrey, más tarde en 1919, Joaquín Pardavé Bernal padre del penjamense fallece, viéndose obligado a vivir en la Ciudad de México, donde comenzaría su carrera artística en la compañía de su tío Carlos Pardavé.
Dentro de las obras y participaciones del artista guanajuatense se encuentran:
- Viaje Redondo (1919)
- En Tiempos de Don Porfirio (1939)
- El Baisano Jalil (1942)
- Negra Consentida
- Varita de Nardo
- Ahí está el detalle (1940) junto a Mario Moreno Cantinflas
Pardavé sentía un gran amor por Pénjamo, ciudad que visitaba con frecuencia, incluso hay quienes lograron conocerlo, confirmando el cariño que le tenía a su municipio.
¿Enterrado vivo?
El penjamense perdió la vida un 20 de julio de 1955, se dice que el artista sufría de catalepsia, enfermedad que provoca un sueño profundo dejando inmovilizado a quien lo padece. Versiones señalan que el documento que certificaba su defunción estaba en su pantalón, por lo que fue desenterrado, al abrir la caja, se dice que el actor estaba boca abajo y en sus uñas y expresiones faciales se visualizaba dolor y sufrimiento.