Por la red se corrió el rumor de que el portero mexicano Guillermo Ochoa tenía seis dedos, que por eso es un gran guardameta, pero todo era parte de los memes que se han publicado después de su actuación ante Brasil.
Los que verdaderamente tienen seis dedos en cada mano, son los integrantes de la familia Silva, quien vive en el Aguas Claras, Brasilia quienes nacieron con un dedo extra en cada mano como resultado de un trastorno genético llamado polidactilia.
En lugar de manejarlo a discreción, por el contrario, los catorce miembros de la familia que presentan el trastorno, abarcando cuatro generaciones, parecen aceptar con orgullo su diferencia física.
Y ese orgullo nunca brilla con más intensidad que durante el Mundial de fútbol Brasil 2014, cuando saborean la atención de los medios de comunicación brasileños e internacionales, que colocan a la familia ante sus cámaras con los dedos cruzados con la esperanza de que el equipo carioca agregue un título más a su récord de cinco Copas del Mundo.
“Desde la Copa del Mundo anterior queríamos que Brasil se convirtiera en hexacampeón”, dijo Ana Carolina Santos da Silva, algo que sería la envidia del mundo del fútbol. “Pero no ocurrió, así que este año realmente queremos que Brasil logre el sexto”.
Más que un obstáculo, tener un dedo extra parece ayudar a la familia Silva a realizar tareas domésticas y desarrollar talentos musicales.
Joao de Assis da Silva, de 14 años, presume su destreza al mover su mano arriba y abajo a lo largo del diapasón de su guitarra.
Mientras que su prima María Morena da Silva, de 8 años, también tiene sueños relacionados con la música. “Nunca he tocado el piano, pero quiero aprender, y podría ser más fácil tocar con seis dedos”, dice ella.