Irapuato, Guanajuato.- El Salado, El Ángelo y el Tapas, son considerados uno de los grandes problemas de inseguridad que acechan a los pobladores de Carrizal Grande, porque son “rateros” menores que no los han podido denunciar.
Desde una silla, plantas, cubetas y todo lo que se les ponga en su mente y que posiblemente sea pequeño y no represente un gran “daño”, son parte de los robos que a diario cometen estos personajes considerados un “cáncer” para la comunidad.
El “Salado” y El “Ángelo” son un par de hermanos que usualmente se les ve en una casa que se encuentra en el lindero del río y El “Tapas”, al parecer proviene de otro poblado, pero entre los tres tienen hartos a los vecinos porque todo se roban y como son hurtos “mínimos” no hay quien los denuncie.
“El otro día los encontré adentro de mi casa, uno ya se estaba llevando una puerta y luego se fueron corriendo”, dijo Juan Gutiérrez al detallar lo que había ocurrido.
“Nadie les hace nada, ni su familia los quiere, pero nosotros porque tenemos que cargar con ellos” todo se roban, la policía ha venido, pero huyen, siempre andan robando”, dijo Martín.
“Es un martirio estarse cuidando de esos locos; se metieron a mi cosecha y sacaron mazorcas; en otra casa se llevaron las plantas, en verdad ya estamos fastidiados, pero nadie nos hace caso”, dijo Ana María.
La situación en este poblado se debe a que al parecer no existe quien les ponga un alto a estos “vecinos incomodos” que no solamente roban en la zona, sino que supuestamente atraen otro tipo de personas relacionadas a lo mismo, con los que se drogan y realizan escándalos.
