Enrique Peña Nieto rinde último informe entre lágrimas

Ciudad de México

El presidente Enrique Peña Nieto culminó su Sexto y último Informe de Gobierno en el Palacio Nacional, entre lágrimas, con la voz casi quebrada al mencionar a su familia y al pueblo de México, imagen que contrastó con los aplausos que recibió y con los brazos de algunos asistentes que se negaron a hacerlo.

Cerca de mil invitados son los que se dieron cita en el Patio Central del Palacio Nacional, junto con su familia, quienes estuvieron presentes durante los otros informes de gobierno que se han efectuado en diferentes lugares, tanto en la sede del gobierno como en la Residencia Oficial de Los Pinos.

Peña Nieto  dibuja con audiovisuales un país “próspero y estable”, con “99%” de promesas cumplidas

Enrique Peña Nieto, el Presidente peor calificado en la historia reciente del país, inició hoy elogiando el Pacto por México y las reformas estructurales al dar su último Informe de Gobierno antes de entregar la Banda Presidencial a Andrés Manuel López Obrador este 1 diciembre. Dijo que se va cumpliendo el 99 por ciento de los compromisos que hizo en la campaña 2012.

Un análisis realizado por ocho periodistas y coordinado por la Unidad de Datos de SinEmbargo reveló, apenas la semana pasada, que sólo cumplió el 49.50 por ciento.

“Asumí –dijo– 266 compromisos en mi campaña y al concluir mi administración habré concluido 99 por ciento de ellos. Como lo confirman las cifras, este es el sexenio del empleo y del crecimiento en el salario mínimo. Son cifras que acreditan la confianza en el país y la confianza en nosotros mismos”, añadió.

El Presidente Peña habló de una larga lista de “mejoras”, según sus datos. Bajó la pobreza y bajaron varios delitos, dijo. Apoyado en audiovisuales durante todo su evento, dibujó un México próspero y estable.

“Los hechos y las cifras dan cuenta de una transformación profunda en múltiples ámbitos de la vida nacional, y también revelan los que no pudimos superar”, reconoció el Presidente al iniciar su Sexto Informe de Gobierno. Los cambios profundos, dijo, “se llevaron a cambio en un ambiente de pluralidad, con respeto a la libertad de expresión e incorporando las voces de las organizaciones civiles y la ciudadanía en general”.

Peña dijo que, gracias a su Gobierno, en una década se podría acabar con la pobreza en México. “Estos 6 años, el Gobierno ha trabajado para construir un país donde nadie se quede atrás, y el objetivo central ha sido combatir la pobreza. El programa Prospera y la Cruzada Nacional contra el Hambre se modernizaron para que la política social beneficiara a quien más lo necesitaba”.

“Los resultados de la política social nos alientan: más de dos millones de mexicanos salieron de la pobreza extrema y los porcentajes de la población en pobreza se encuentran en sus mínimos históricos. De continuar esta tendencia México podrá erradicar la pobreza extrema antes de concluir la siguiente década”, presumió.

Pero la Cruzada Nacional contra el Hambre que instrumentó Rosario Robles Berlanga a inicios del sexenio, cuando fue Secretaria de Desarrollo Social (2012-2015), no logró abatir los índices de pobreza. Por el contrario, ese mal se incrementó en dos millones de individuos, según los cálculos más conservadores que provienen del mismo Gobierno. Hay estudiosos que sostienen que el incremento de pobres durante el peñanietismo fueron más.

Aunque el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) indica que la pobreza pasó de 55.3 millones de personas a 53.4 millones en el periodo de 2014-2016, Julio Boltvinik Kalinka, investigador de El Colegio de México (Colmex), afirmó en entrevista con SinEmbargo en días pasados que esa cifra fue manipulada a través del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), por lo que el sexenio no puede ser evaluado correctamente.

Peña fue escoltado en la ceremonia por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), partido que logró abrumadoramente el control del Congreso. Estuvieron Porfirio Muñoz Ledo y Martí Batres Guaderrama, presidentes de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y del Senado de la República, respectivamente; ambos asumieron el 1 de septiembre.

Desde las 11:00 horas se empezó a llenar el Patio Central de Palacio Nacional con los invitados especiales, algunos secretarios de Estado y gobernadores. Entre los invitados especiales que empezaron a acomodarse en sus lugares 15 minutos antes de las 12:00 horas estaban varios gobernadores: Jaime Rodriguez Calderón “El Bronco”, de Nuevo León; Miguel Ángel Yunes Linares, de Veracruz; Arturo Núñez, de Tabasco; Héctor Astudillo Flores, de Guerrero; y Alfredo del Mazo Maza, del Estado de México.

Los secretarios de Estado tomaron su lugar faltando seis minutos para las 12:00 horas. A las 11:59 sonó la alerta sísmica y en Palacio Nacional se informó que no se realizaría ningún protocolo de evacuación. Antes algunos personajes polémicos dieron declaraciones a la prensa, como Virgilio Andrade Martínez, director del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bancefi) y ex Secretario de la Función Pública, conocido como el “fiscal carnal”, que investigó a Peña Nieto y a su esposa por el escándalo de la Casa Blanca.

“Esos cambios se llevaron a cabo en un entorno de pluralidad, sin mayorías de un partido político en el Congreso. Buscamos en todo momento convocar y convencer, nunca imponer. Privilegiamos la colaboración con los gobiernos estatales. Así lo hicimos también con los diversos órganos autónomos”, dijo. “Las reformas no fueron un fin en sí mismas, sino un medio para modernizar el país en diversos aspectos”. Las reformas, agregó, han sido un eje para este Gobierno y la OCDE las calificó como el paquete más ambicioso en los años recientes.

Los cambios estructurales, agregó, no habrían sido posibles sin la participación de la sociedad civil y de los partidos políticos. “Sólo en un país con instituciones sólidas e íntegras puede haber para todos, instituciones que hay que fortalecer para defender a México, como es el caso del nuevo sistema penal acusatorio. Fue el principal cambio en el tema en 100 años, para agilizar el modelo de justicia con un enfoque garantista para proteger los derechos de la persona”, expuso.

Con ello, también se fortaleció la lucha contra la corrupción, añadió. “Quienes quebrantan la Ley y la mística del servicio público merecen castigo”, dijo. Ante el crimen, destacó, se le dio un papel preminente a la Secretaría de Gobernación, y la violencia se ha combatido con sistemas de inteligencia y toda la fuerza del Estado.

“El Gobierno tuvo éxito al disminuir la capacidad de operación de esas organizaciones criminales. Pero ese mismo debilitamiento provocó que surgieran bandas criminales de menor tamaño, sin que las policías locales pudieran responder a ese reto. Estoy consciente de que no alcanzamos el objetivo de recuperar la paz y la seguridad para los mexicanos en todos los rincones del país”, reconoció.

Peña Nieto explicó que al inicio de su Gobierno era evidente el rezago del sistema de educación nacional, que no reconocía ni retribuía a los maestros: “el clientelismo sustituía al mérito”. Era necesario modernizar el sistema educatvia para evitar que siguiera siendo rehén de intereses particulares e ilegítimos, afirmó. Se recuperaron 44 mil plazas docentes, cuyo uso irregular significa la pérdida de 55 mil millones de pesos, expuso. Con el proceso de pago de la nómina electrónica se puso fin a los dobles pagos en las entidades estatales, añadió.

“Las decisiones no fueron fáciles y la implementación de las nuevas políticas, lo fue aún menos. Por eso la primera Reforma que impulsamos fue precisamente la Reforma Educativa”. Gracias a este cambio, hoy el mérito, el esfuerzo y la preparación son los únicos que se toman en cuenta en el desarrollo de los maestros. La consulta, el diseño y la implementación de un nuevo modelo educativo ha sido lo más complejo, reconoció.

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