Silao, Guanajuato. – En la encrucijada de la Carretera 45, también conocida como la Carretera Panamericana, Silao se convirtió en un punto de parada obligatorio para los viajeros.
Los “Limeros” nombre peculiar que se llevó la tradición que se remonta a los días en que la Carretera 45 era un trayecto común para viajeros que atravesaban Chihuahua, Zacatecas, Jalisco, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, el Estado de México y la Ciudad de México.
En aquellos tiempos, hacer una parada en Silao era sinónimo de disfrutar de una torta como merienda o almuerzo, acompañada de un refrescante vaso de agua de lima.
En la encrucijada de la carretera 45 la ciudad se ganó su apodo de “Silao de las Limas” gracias a la abundancia de vendedores de limas y aquellos que preparaban el agua fresca al momento.
Las tortas tradicionales en ese entonces eran de: jamón, queso, huevo y chorizo ingredientes básicos. Con el paso de los años, las tortas se volvieron más elaboradas y variadas, dando lugar a las famosas “tortas combinadas” que es como las conocíamos antes de pasar a llamarse “Torta Cubana”, que recibió su nombre. cuando los primeros cubanos llegaron a México, carentes de una gastronomía, le pedían que les echaran un poco de todo en su torta. De ahí surgió la “torta al estilo cubano”, una creación culinaria única.
Pero no se puede hablar de los “Limeros” sin mencionar las renombradas aguas de lima que los acompañan. Estas aguas no solo son conocidas por su refrescante sabor, sino que también gozan de una reputación por sus propiedades beneficiosas para el corazón.
