Callejón del Beso: la leyenda inventada para el turismo

Sigue la disputa por un lugar donde originalmente no había dos balcones

Guanajuato.- “Ésta es la historia de amor entre doña Ana (aunque el relator de la semana pasada dijo que era doña Carmen), una señorita de familia acaudalada. Era una joven muy hermosa, a quien le gustaba asomarse al balcón por las noches para poder observar la luna y las estrellas”.

Así inicia el relato que los guías de turistas ofrecen al turismo cuando llegan a ese callejón, en donde sólo 65 centímetros de distancia entre balcón y balcón separan las casas en las que, según la leyenda, estaba la pareja enamorada.

En la marcada con el número 9, dicen que estaba Ana y, en la de enfrente, estaba Carlos (en la otra historia se llama Luis), un joven humilde y sencillo que trabajaba en la mina La Valenciana, y quien estaba enamorado de Ana. Él también disfrutaba de la noche aunada a la belleza de la joven española. Ella lo miró, él la miró, ambos se miraron y se enamoraron.

Hoy la llamada Casa de Ana continúa cerrada debido al conflicto entre su propietaria, Norma Luz Gámez y los llamados “fotógrafos peseteros” que se ganan la vida con la foto del recuerdo para las parejas enamoradas.

La leyenda prosigue y dice que, debido a lo estrecho del callejón, podían tocarse uno al otro con tan sólo estirar un poco sus brazos. Aprovechaban esa cercanía para darse unos ósculos (besos, para los que no tienen diccionario) sin que el padre de la chica los descubriera, pues Don Emiliano era un hombre de armas que jamás permitiría que su hija siquiera conversara con alguien que no fuera de su misma clase social.

Y la historia termina en tragedia:

“El papá de la muchacha dijo que si seguía la relación, la iba a matar. Al día siguiente, Don Emiliano vio que su hija de nueva cuenta se estaba besando con el minero. Entró a la habitación empuñando una daga afilada y mató a su hija. Carlos, asustado y sin poder hacer nada, salió corriendo de la casa de enfrente para no volver jamás”.

El otro guía dice que Luis dio a Carmen fue despedida con el último beso de amor de su amado. Con eso de que ahora la gente cambia de sexo y de nombre, no sabemos si Carmen era Carlos o si Luis era Ana, pero la idea es ésa.

El origen y la invención

La leyenda del Callejón del Beso sitúa la historia narrada al turismo en la época colonial y sentencia el guía:

“Por eso, toda pareja que visite este callejón, deberá darse un beso en el tercer escalón de la escalera de paso entre las dos fincas. De no hacerlo, serán siete años de mala suerte; de lo contrario, serán siete de amor y felicidad”.

La Leyenda del Callejón del Beso es parte de uno de los momentos de mayor atracción (y rentabilidad) turística en la ciudad de Guanajuato. El beso en el tercer escalón era parte del romanticismo guanajuatense, hasta que a alguien se le ocurrió que tenía que ser más vivencial y decidieron entrar a las casas y que el beso fuera de balcón a balcón.

Por 50 pesos de entrada por persona, más 100 pesos de la foto, ya impresa, se puede tener un testimonio de amor que durará al menos 7 años.

Y si la leyenda tiene sus imprecisiones con los nombres de la y el protagonista, el lugar tiene las propias:

Gráficas tradicionales muestran a la pareja: el varón en la casa de lado izquierdo y la chica en el derecho. Ahora dicen que la de la izquierda es la de Ana y la de la derecha de don Carlos.

Fotos de finales del siglo XIX y principio del siglo XX muestran que la casa del lado derecho tenía una terraza llena de macetas. No existía balcón alguno. Éste fue construido, acorde con otras fotografías, hasta la década de los 50. Con el correr de los años los propietarios de las fincas las mejoraron y los gobiernos municipales remodelaron la zona.

Se trata, indudablemente, de una historia fantástica que alguien imaginó y que se convirtió en uno de los relatos más famosos de Guanajuato que ha dado la vuelta al mundo.

Por el momento, la Casa de Ana sigue cerrada, en espera de que se logre un acuerdo entre las partes. Ya le aclararon al presidente municipal, Alejandro Navarro, que no hay base legal para expropiar la finca. Sólo se espera que los antagonistas sean conscientes y lleguen a un acuerdo para que los guías sigan con el relato de una leyenda invitada exprofeso para parejas besuconas.

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