Cae “la bruja de Angahuan”, acusada del secuestro y asesinato de un niño

A más de 10 años del secuestro y asesinato de un niño de 5 años, la presunta responsable, apodada "la bruja de Angahuan", fue detenida por la Interpol en Estados Unidos y extraditada a México

A más de 10 años del secuestro y asesinato del niño Bernardino “S” de 5 años, y casi a nueve de la liberación de Cecilia “N”, la acusada del crimen fue detenida por la Interpol en Estados Unidos.

Cecilia “N”, conocida como “la bruja de Angahuan”, en Uruapan, Michoacán, fue capturada por personal de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) y la oficina de Enlace ICE, en la Embajada de México, pues es buscada por las autoridades por el secuestro y homicidio del menor.

La presunta secuestradora y asesina del pequeño fue deportada a México y entregada a la Fiscalía General de Justicia de Michoacán, para que sea procesada por otro juez en materia penal.

Los familiares del pequeño Bernardino solo piden que quien se haga cargo de juzgar a la secuestradora y asesina del niño, no sea igual que su antecesora, Ernestina Pimentel, quien en 2012 dejó en libertad a Cecilia “N” y a tres cómplices.

Todo comenzó el 21 de marzo del año 2012, cuando Bernardino jugaba afuera de su casa y su vecina, Cecilia “N”, llamó su atención con un juguete de control remoto. Desde ese momento lo privó de la libertad en su domicilio ubicado justo enfrente de la casa del niño, a quien todos en el pueblo conocían como Zury.

Natividad, la madre de Zury, contó entonces que primero empezaron a recibir llamadas en las que una mujer pedía 600 mil pesos a cambio de la libertad de su hijo.

Señaló que una ayudante de la secuestradora se trasladaba al municipio de Zamora para pedir el rescate y evitar sospechas.

Cecilia “N” era “la bruja” del pueblo e, incluso, dijo a los padres de Zury que con su “bola mágica de cristal” adivinaría el paradero de su hijo, pero sus engaños solo sirvieron para sacarles más dinero, ganar más tiempo y tratar de desviar las investigaciones.

El secuestro del menor provocó molestia entre los pobladores de esa localidad ubicada en la Meseta Purépecha y comenzaron a buscar a Zury.

Al sentir la presión de los habitantes, Cecilia “N”, con ayuda de otra mujer identificada como Delfina, golpeó al niño y lo asfixió hasta matarlo, a pesar de que ya había recibido una parte del rescate.

El cuerpo del menor fue encontrado en un predio de la localidad de Las Cocinas. Al investigar, descubrieron que un matrimonio estaba involucrado. Los esposos confesaron que Cecilia “N” secuestró y mató al pequeño Zury, y que les pagó 5 mil pesos por sacar el cuerpo del niño de su casa y desaparecerlo fuera del pueblo.

Cecilia “N” y su ayudante, Delfina “N”, fueron detenidas por la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) y llevada ante el Ministerio Público.

La Procuraduría la puso a disposición de quien en ese entonces era la jueza Cuarto de lo Penal, Ernestina Pimentel Pineda, quien dejó en libertad a la “bruja” y a sus tres cómplices en octubre del 2012.

La jueza argumentó que no había pruebas para procesar, debido a que el Ministerio Público no detuvo a los implicados en flagrancia, además de que no contó con un intérprete de lengua purépecha.

Pimentel Pineda fue investigada por la Comisión Estatal de Derechos Humanos y organismos de defensa de los menores por presunta corrupción.

En diversas ocasiones, la jueza fue confrontada por los pobladores de Angahuan, quienes la acusaron de haber recibido dinero a cambio de dejar a los asesinos en libertad.

La mujer tuvo que pedir su cambio de residencia a la ciudad de Morelia.

“La juez valoró más los derechos de la señora que los derechos de los niños a la vida: porque un niño no tiene derecho a salir un ratito a la calle”, reprochó Natividad.

Cecilia “N” se fue del pueblo, pues iba a ser linchada junto con sus cómplices a manos de los habitantes, de acuerdo con sus usos y costumbres.

Los pobladores le prendieron fuego a la casa de la presunta asesina, pero alcanzó a escapar y los amenazó con asesinar a más niños de la comunidad.

Además, señalaron que se burló de los papás del menor, a los que advirtió que mataría a sus otros hijos, como lo hizo con Bernardino.

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