Guanajuato, Gto.- Con palabras sabias Gerardo Uribe, famoso artista pintor nos dice que la “Vida En la vida, el individuo es al mismo tiempo artista y obra de arte. Es creador de sí mismo, porque es capaz de construir su propio destino a partir de sus ideas, valores y acciones”.
Con esta reflexión y sus ganas de pintar el artista nos da el gran ejemplo que para hacer lo que te gusta no existen limitantes, ya que, con sus pies, desliza los pinceles y llena de colores lienzos y otras superficies.
Gerardo ha hecho de su vida una verdadera obra de arte; con su capacidad de imaginar, decidir y actuar, ha logrado ser feliz, en parte, eso se debe a la forma en que recrea la realidad en la que vive; así, expresa sus emociones, estados de ánimo, ideas y formas de pensar del momento histórico en el que vivimos.
En sus pinturas vuelca todos sus sentimientos, tiene preferencia por las obras abstractas, esas que carecen de una forma específica, que prescinden totalmente de las figuras y objetos, que escapan de la reflexión visual pero que atrapan al espectador sin que este sepa cómo fue atraído por la obra. Para lograr su objetivo, el pintor experimenta mucho con puntos, líneas y colores; además, ensaya con polvo de cáscara de huevo, ceniza de incienso y otros materiales. A pesar de que le fascina el arte abstracto, también pinta paisajes, como el que ilustra esta nota; se trata de una composición que será enviada a Suiza.
Junto con este óleo, Gerardo enviará 5 acuarelas que representan paisajes de montañas y playas de nuestro país; se trata de obras que la Organización Mundial de Pintores con la Boca y los Pies utilizará para elaborar tarjetas de navidad, calendarios y otros objetos; es la forma en que los artistas financian sus actividades.
El pintor ha viajado a Europa para ser representante de México en convenciones mundiales, ha participado en exposiciones colectivas e individuales en: Estados Unidos, Austria, Argentina, Italia, Hungría, Portugal y China; tiene estudios en España y en el Principado de Liechtenstein, pero, paradójicamente, en Dolores Hidalgo, su “pueblo adorado”, hasta el momento no hay creaciones que recuerden su importante aportación al arte; pero, en los próximos días, una pintura ingresará al Museo del Bicentenario, se trata de un paisaje de playa que el artista decidió donar al Museo del Bicentenario, con ello, habrá logrado otro de sus objetivos : trascender en la memoria de sus paisanos, porque bien sabe que el ser humano se va pero quedan sus huellas.
Por las diversas situaciones que ha vivido y por las que ha luchado para el futuro, el artista no duda en reiterar: “no sufro más que algunas otras personas, yo tengo muchas cosas para ser feliz, no se engañen, así como estoy soy muy feliz”.
En fin, parafraseando a un poema de Amado Nervo, Gerardo ha sido el arquitecto de su propio destino.
