Por | Hugo Ramírez
Irapuato, Guanajuato.- La Plaza de los Fundadores, no siempre fue lo que es actualmente, existió aquí un edificio que llegó a tener diversas funciones y que Notus hace recuento de que fue en siglos pasados.
Teatro de la Comedia
A lo largo de la historia de la Villa de Irapuato, conocida así anteriormente; tuvo edificaciones sobresalientes en su tiempo y que posteriormente terminaron en el olvido, por los diferentes sucesos que ocurrieron.
Cuenta la historia que un 17 de noviembre de 1983, Irapuato dejaría de ser “Villa de Irapuato” para convertirse desde ese momento a ciudad, debido a la legislación que hubo para cambiar la denominación del municipio.
Dado este acontecimiento, autoridades de la ciudad de Irapuato, decidieron crear un centro cultural, al nivel del Teatro Juárez de Guanajuato capital; de este modo, se conformaría lo que fue el “Teatro de la Comedia” en que se llegó a pensar que sería el mejor centro cultural de la república mexicana.
También conocido como “Teatro Irapuato” se edificaría en aquel entonces, en lo que fue una huerta del Colegio de la Enseñanza; no se sabe con exactitud cuándo fue la colocación de la primera piedra, pero que de acuerdo al padre Rafael Reyes y a don Eduardo M. Vargas fue entre 1891 y 1893.
Se realizaron obras subterráneas y cimientos para acondicionar el lugar y así instalar lo necesario para la edificación del inmueble cultural, como la maquinaria utilizada para telones y entretelones, entre otras cosas que le darían vida, a lo que alguna vez fue el Teatro Irapuato.
Avanzados los trabajos de construcción del inmueble, se empezó la realización a base de cantera rosa y verde, la entrada principal. Posteriormente, se colocaron columnas de mármol rojo al frente del teatro que fueron hechas en Carrara, Italia.
Tiempo después se cimentó el lunetario, las plateas, palcos y galerías; el teatro parecía estar muy avanzado en cuanto a su construcción, pero surgieron varios inconvenientes, como los altos costos y dificultades de la misma obra, así como posteriormente se dio un conflicto social, la Revolución Mexicana, por lo que terminó por suspenderse de manera definitiva la construcción del “Teatro de Irapuato”.
Las columnas de mármol del inconcluso teatro fueron retiradas y posteriormente, se adaptaron en algunos monumentos históricos de la ciudad y que al final.
Con el tiempo, se convirtió en ruinas, el inconcluso “Teatro de la Comedia que inclusive desaparecieron diversos materiales; el presidente municipal Catarino B Aranda mandó quitar las columnas de mármol rojo del teatro para emplearlas en el Monumento a la Revolución que actualmente es la Fuente Florentina.
Con el tiempo destruyeron dicho monumento, para luego utilizar las columnas en el monumento a Los Niños Héroes, pero que dadas las obras del Plan Guanajuato, hecho por el entonces gobernador del estado, Juan José Torres Landa, desaparecieron; actualmente, se desconoce dónde se encuentran dichas columnas de mármol rojo.
La cárcel de mujeres de Irapuato y las poquianchis
Entre los años 1940 y 1941, las ruinas del “Teatro Irapuato” se ordenó acondicionar como cárcel por el presidente municipal de aquel tiempo, José Arroyo Chagolla.
El “Teatro de la Comedia se ubicó entre las calles: la Enseñanza, actualmente Fernando Dávila y La Herradura que con el tiempo cambió de nombre por Díaz Mirón y que ahora se conoce como la calle Revolución.
En estas ruinas se hicieron oficinas para Tránsito Municipal, en Revolución estuvo Inspección de la policía y comandancia, así como la cárcel de mujeres, durante el mandato del alcalde Martín Zuloaga Vargas entre el año 1942 y 1943.
En esta cárcel de mujeres, al parecer estuvieron reclusas las “poquianchis”, un grupo delictivo que se dedicaban a la explotación y postitución de mujeres, dueños de varios burdeles en los estados de Guanajuato y Jalisco; dos de sus integrantes fallecieron en esta cárcel, María Luisa murió por cáncer hepático en 1984, María de Jesús terminó su condena y posteriormente falleció.
A su vez, el encargado del operativo de las “poquianchis” fue Jefe Miguel Ángel Mota Ayala, quien al parecer, fue el Director de la Policía Judicial del Estado de Guanajuato, en aquel tiempo.
Diversas anécdotas se tuvieron dentro de esta cárcel en el tiempo que estuvo funcionando antes de su demolición.
Plaza Fundadores
Tiempo después, se mandó tirar la cárcel para hacer en este sitio un mercado central y que actualmente se convirtió en la Plaza Fundadores.
Según una nota periodística del Sol de Irapuato, “La Plaza de los Fundadores fue idea e intención primaria del Presidente Municipal de Irapuato de 1983 a 1985, el ingeniero Sebastián Martínez Castro, quien me pidió que realizara todo lo que comento: proyecto y ejecución (de la obra de la Plaza de los Fundadores).”
