Desde el templete en Minatitlán, Veracruz, la esposa de Andrés Manuel López Obrador, Beatriz Gutiérrez Müller, propuso poner fin a la idea y concepto de “primera dama” que ha prevalecido en el país por décadas, ya que “no hay hombres ni mujeres de segunda”.
Al aclarar que su propuesta de lo que considera debe ser la esposa o compañera de un presidente, “guarda el respeto a todas aquellas que han desempeñado ese papel” en la historia de México, Gutiérrez Müller aclaró que “no tiene intereses político electorales” como para encabezar una candidatura, así como tampoco es su deseo convertirse en funcionaria pública.
Sobre todo porque gracias a lo que es “ha podido soportar las tempestades por las que ha pasado su familia”.
“Es importante también expresarles que no tengo intereses político electorales y para ser más clara: no voy a ser candidata a nada ni seré funcionaria pública, así que no imaginen un escenario diferente”, afirmó.
Además de que le gusta mucho su trabajo como escritora de libros de historia y catedrática.
“En México no queremos que haya mujeres de primera ni de segunda; tampoco queremos que haya hombres de primera ni de segunda, en México hay mujeres, en México hay hombres, con todo respeto a las mujeres que han actuado antes con este papel, decir primera dama es algo clasista, todas somos mujeres, todas hacemos algo importante”.
Es bajo esa argumentación que su propuesta sostiene, que todas las mujeres “son de México” y junto con los hombres llegó el momento de pensar distinto y ser incluyentes.
En seguida, frente a una multitud que soportó los más de 35 grados centígrados de temperatura, Beatriz Gutiérrez delineó el perfil de la esposa de un presidente de la República.
“Esto que digo tiene un fundamento también legal, en México el artículo 80 de la Constitución señala que el Poder Ejecutivo recae en una persona, de modo que el poder presidencial no debe ser de una familia ni de un matrimonio, la compañera de un presidente debe participar en todo lo que pueda hasta un límite, eso es ser una compañera, un compañero; no hablo para nada de una esposa que se convierte en una sombra complaciente o dócil ante un sistema que perpetúa las desigualdades”, aclaró.
Para la esposa de López Obrador, esta labor no impide estar en las buenas y en las malas con su esposo, pensando y haciendo de manera crítica y constructiva, pero sin dejar de hacer lo suyo.
Agregó que quiere ser la esposa de un presidente que haga grandes cosas por el país y que no quiere convertirse en lo que ha criticado “porque sería imperdonable”.
“Yo quiero ser su compañera y también quiero ser Beatriz, quiero seguir haciendo lo que me realiza: ser madre, procurar a mi familia y continuar con mi profesión que me gusta mucho; gracias a todo lo anterior es que he logrado salir adelante de todas las tempestades que hemos atravesado, no puedo abandonar mi soporte ni mi vida personal”, destacó.