Columnas

Podremos hacer lo mismo, pero jamás sentiremos lo mismo -reflexión-

Cierto día frío y lluvioso tres “maistros” albañiles chambiaban en la cimentación de una gran obra. En cierto momento un hombre se acercó a ellos y les preguntó qué hacían.

El primero le respondió: “¿Pos que no ve?, aquí en chinguiza, picando piedra pa´poner la cimentación. Con este friecito ni se puede trabajar a gusto. Ya me duelen los huesos y luego pa´la chingadera que nos pagan”.

El segundo también contestó: “Pues lo bueno es que hay chamba. Aunque de todas maneras el crédito se lo va a lleva el arqui y la administración; pues cuando terminemos, la placota solo traerá sus nombres, y a nosotros ni quien nos pele, y conste que nosotros somos los que nos llevamos la friega”.

El tercero los observaba a unos metros. El agua caía sobre su rostro y con ambas manos sujetaba la pala, sacando tierra de aquel agujero de cimentación.

-“Nosotros, -respondió- hacemos vida. Procuramos salud, y lo más importante ¡aquí nacerán las nuevas generaciones de la ciudad!. Aquí construimos el Hospital Materno más importante de la región. Sé que tal vez no me toque chambiar durante toda la obra, sin embargo, la parte que me corresponde será tan importante como cualquier otra etapa del Hospital. Aquí se escuchará el llanto de los bebés al nacer, la sonrisa de los niños al saber que ya están en este mundo… el saber que están vivos”.

Con esta reflexión empezamos la semana. No importa cuál sea nuestra actividad, nuestra labor en la sociedad, en nuestra ciudad, en nuestro pueblo, en nuestro rancho. Lo importante es saber qué es lo que estamos haciendo, y lo más importante: saber cuál es nuestra misión en la vida, y estar agradecidos por ello.

Soy D´Vinci y espero todos tus comentarios… ¡excelente inicio de semana!.

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