Papa Francisco pide abolir pena de muerte y cadena perpetua

PAPA FRANCISCO
Ciudad del Vaticano
El papa Francisco pidió a la comunidad internacional abolir la pena de muerte, “legal o ilegal y en todas sus formas”, así como la aplicación de la cadena perpetua, que es “una sentencia a muerte escondida”.
“Es imposible pensar que los Estados no dispongan de otro medio que no sea la pena de muerte para defender del agresor injusto la vida de las demás personas”, dijo el pontífice argentino en un encuentro con miembros de la Delegación de la Asociación Internacional de Derecho Penal en Ciudad del Vaticano.
Según Jorge Bergoglio, “todos los cristianos y personas de buena voluntad están llamados hoy a luchar no solo por la abolición de la pena de muerte, legal o ilegal y en todas sus formas, sino también para mejorar las condiciones carcelarias, en el respeto de la dignidad humana de las personas privadas de libertad”.
El máximo representante de la Iglesia Católica alertó de la posibilidad de que, al aplicar la pena de muerte, “exista un error judicial” o sea utilizada por “regímenes totalitarios y dictatoriales” como “instrumento de castigo a la disidencia política o de persecución contra las minorías religiosas y culturales”.
El papa, además de referirse a la cadena perpetua como “una sentencia a muerte escondida”, consideró que la prisión preventiva, “cuando se aplica de forma abusiva antes de la pena”, es “otra forma contemporánea de pena ilícita oculta”.
“Las condiciones deplorables en las que se encuentran los detenidos en diversas partes del planeta constituyen un trato inhumano y degradante, muchas veces fruto de la deficiencia del sistema penal, otras de la carencia de infraestructuras y de planificación”, indicó.
Otras, añadió, son “resultado del ejercicio arbitrario y despiadado del poder sobre las personas privadas de libertad”.
En su alocución, el pontífice también habló de la reclusión en cárceles de máxima seguridad, que calificó de otra “forma de tortura”.
“Con la excusa de ofrecer una mayor seguridad a la sociedad y un tratamiento especial para ciertos detenidos, su principal característica no es otra que el aislamiento”, denunció.
En este sentido, Francisco señaló que “los estudios realizados por diversos organismos defensores de los derechos humanos” demuestran que “la falta de estímulos sensoriales, la imposibilidad de comunicación y la falta de contacto con otros seres humanos provocan sufrimiento físico y psicológico”.
Sobre la aplicación de sanciones penales a menores, opinó que “los Estados deben abstenerse de castigar penalmente a los niños que no han completado su madurez”.
Asimismo, apeló a las “razones humanitarias” para pedir que los ancianos no permanezcan en las cárceles.
Por otra parte, Francisco abordó el problema de la esclavitud y de la trata de personas para destacar que son “crímenes contra la humanidad” y pidió a los Estados que intensifiquen “sus esfuerzos para prevenir y combatir estos fenómenos”.
CONDENA FRANCISCO LA CORRUPCIÓN EN TODAS SUS FORMAS
Así mismo, Francisco condenó la corrupción en todas sus formas y opinó que el Derecho Penal debe perseguir “con mayor severidad” aquella que “causa graves daños” económicos y sociales.
“Las formas de corrupción que hay que perseguir con la mayor severidad son las que causan graves daños en la sociedad, tanto en materia económica como social”, como los fraudes a la administración pública o el ejercicio desleal de las administraciones, dijo el pontífice durante un encuentro con miembros de la Delegación de la Asociación Internacional de Derecho Penal en Ciudad del Vaticano.
Abogó por perseguir “también cualquier tipo de obstáculo para el funcionamiento de la Justicia con el propósito de procurar la impunidad de fechorías propias o de terceros”.
El papa argentino se refirió a la corrupción como “la escandalosa concentración de la riqueza” y dijo que es “un mal más grande que el pecado”, que, “más que ser perdonado, debe ser curado”.
“La corrupción se ha convertido en algo natural, hasta el punto de constituir un estado personal o social ligado a la costumbre, una práctica habitual en las transacciones comerciales y financieras, en las contrataciones públicas, en cualquier negociación en la que estén involucrados agentes estatales”, condenó.
También señaló que “cuando la vida muere, aparece la corrupción” y que ésta “se desarrolla en un clima de triunfalismo porque el corrupto se cree vencedor”.
A juicio de Francisco, el corrupto “no conoce la fraternidad o la amistad, sino solo la complicidad y la enemistad”.
Información Televisa

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