Salamanca, Guanajuato.- La profesora Guadalupe Guerra ejerce en la comunidad de Valtierrilla, Salamanca, durante el periodo que trabajó con alumnos de secundaria se percató de que el sistema actual educativo es deficiente: “Noté que los alumnos están sobreprotegidos por el sistema. Un arma de doble filo. Los docentes están expuestos ante cualquier violencia”.
Guadalupe fue docente de alumnos de nivel secundaria de 2023 a 2024 hasta que pudo encontrar empleo en otro centro de trabajo. Para ella, el año que impartió clases no fue sencillo: “Desde mi posición y mis circunstancias, los mayores problemas que he enfrentado como docente han sido el salario bajo, enfrentarme con salones sumamente conflictivos y manejar situaciones de estrés por dinámicas de violencia ejercidas por alumnos muy duros”.
Con estudiantes que carecían de respeto hacia la autoridad, la profesora tuvo varios enfrentamientos. En un inicio se dirigía a los prefectos para solicitar una llamada a los tutores de los adolescentes y levantar un reporte, pero sus ‘acusaciones’ quedaban en solamente eso. Debido a que los alumnos negaban la violencia ejercida y ella no contaba con pruebas de los incidentes, “nunca existía una resolución favorable”.
A veces, las situaciones eran tan delicadas que con suerte llegaban a intervenir los directores o coordinadores, sin embargo, los estudiantes involucrados sólo recibían una advertencia o incluso la reprimenda era para ella.
“La única herramienta que me llevé de aquel nivel educativo son las pruebas de todo: tener pruebas de que los alumnos no trabajaron, o que hicieron alguna acción no permitida, o que sucedió algún incidente que pueda arriesgar mi estancia en las instituciones. Casi siempre se utilizan las bitácoras para comprobar que pasó algo, y, aun así, hay ocasiones que no es suficiente.”
Guadalupe afirmó que el sistema educativo tiene un sinfín de fallas, desde una carga administrativa desgastante, las propuestas de la Nueva Escuela Mexicana (NEM) y el nulo aprendizaje significativo que pudieran adquirir los estudiantes, hasta las explicitas faltas de respeto y acoso que pasan impunes hacia los docentes.
