Por | Mauricio Coss
Irapuato, Guanajuato.- Irapuato en tiempos remotos, nació como un pequeño poblado que servía como estancia para la cría de ganado, con el pasar del tiempo fue en aumento la población. La religión comenzó a practicarse entre los habitantes, esto debido a la influencia que tuvo el clero secular cuando comenzó a ampliarse el entramado católico.
Con la creación de la Nueva España, comenzaron a construirse recintos religiosos en Irapuato, más tarde el pueblo contaba con varios templos donde resaltan el Hospitalito, San José, Nuestra Señora de la Pura Concepción, Nuestra Señora de la Soledad y por último los dos grandes recintos creados por los templos San Franciscanos el templo de La Tercera Orden y templo de San Francisco también conocido como el Convento.
Los principales impulsores de la Independencia en México en su paso por Irapuato, le hicieron un llamado a los habitantes del lugar para unirse al movimiento, esta ciudad aportó varias armas blancas y de fuego para combatir durante la lucha por la libertad, así mismo muchos nativos de Irapuato se enrolaron con el ejército Insurgentes para trasladarse rumbo al anhelo principal de los mexicanos, que era lograr ser un país libre e independiente.
Un par de hermanos guerrilleros de nombre Albino y Pedro García de origen salmantino, en aquel tiempo tenían como objetivo dañar a la región del bajío mexicano, donde Irapuato no era una zona urbana importante, sin embargo dicho pueblo era utilizado como cruce de caminos, razón que lo hacía apetecible para el movimiento Insurgente.
Después de la muerte de Don Miguel Hidalgo y otros compañeros de la lucha por la libertad, el movimiento insurgente comenzó a venirse abajo, situación que trataron de aprovechar los hermanos García para dominar al poblado de Irapuato.
Efectuaron cinco ataques en contra de Irapuato donde utilizaron como armas: cañones con balas de hierro, pero nunca pudieron apoderarse del territorio Irapuatense.
La población de Irapuato quedó muy dañada por los embates de los hermanos García, por otra parte la gente de Irapuato, durante los ataques en su contra siempre se mantuvo apegada con la religión católica por medio de suplicas a la Virgen María para que abogara por su protección.
El 30 de abril de 1812 es la fecha en que la gente de Irapuato pidió se nombrara como “Patrona principal” de la congregación a la Virgen de la Soledad, en representación de la Virgen María, fue el clérigo Don Victorino de las Fuentes, quien pidió a las autoridades civiles y eclesiásticas de la Intendencia y el obispado se hiciera efectiva la petición.
La respuesta por parte del obispo de Michoacán en aquel entonces fue positiva y así la Virgen de la Soledad se convirtió en “Patrona de Irapuato”.
Información recabada del Boletín 9 Archivo Histórico Municipal de Irapuato, autor Javier Martín Ruíz.
