Guanajuato, Guanajuato. El 20 de febrero de 1953 se presentó por primera vez, en la plaza pública de San Roque de la ciudad de Guanajuato, una puesta en escena dirigida por el maestro Enrique Ruelas Espinosa, basado en piezas u obras teatrales cómicas en un acto de Miguel de Cervantes Saavedra.
Esta representación no fue un mero espectáculo; se convirtió en una tradición tan profunda y longeva que dio origen a una de las celebraciones culturales más importantes de México: el Festival Internacional Cervantino.
Se dice que luego de su arribo a Cuévano, -como hace mención de esta tierra Jorge Ibargüengoitia en su libro “Estas ruinas que ves”-, el maestro Enrique Ruelas Espinosa, tuvo la intención de formar un grupo de teatro y convocó entonces al pueblo, entre amas de casa, comerciantes, maestros y funcionarios, con la finalidad de presentar un montaje al aire libre, situación que resultó muy novedosa precisamente por la posibilidad de proponer arte en espacios públicos. El Teatro Universitario se creó bajo su dirección en 1952.
Su actual director, el también actor Hugo Gamba, menciona que Guanajuato ya había pasado por su resplandeciente auge minero y que fue el Gobierno del Estado en conjunto con la Universidad de Guanajuato, quienes trabajaron para que permaneciera la actividad que se llevaba a cabo en las antiguas plazuelas de la ciudad (San Roque y Mexiamora), pronto llegó a oídos de personas de diferentes lugares del país, iniciando así su promoción turística como ciudad colonial y artística.
Esta nueva forma de representar el teatro en la calle permitió un mayor acercamiento con su público. Entre sus integrantes se creó un lazo muy estrecho como de familia, no solo por representar el trabajo de un gran escritor, sino por sumar en su escenario a personas de diferentes oficios y profesiones en una actividad de expresión cultural. Tal es el caso del entonces rector de la Universidad de Guanajuato, Armando Olivares Carrillo, quien fue el primero en caracterizarse de Miguel de Cervantes Saavedra para la representación de los Entremeses.
Otro de los personajes que contribuyó a su crecimiento, fue el jurista y ex rector de la casa de estudios, don Eugenio Trueba Olivares, quien ayudó a sembrar el orgullo de las generaciones que han formado parte del Teatro Universitario.
“Él fortalece este barco que es el Teatro Universitario”, dijo Hugo Gamba de su amigo y director emérito de la compañía, (responsabilidad que por cuestiones de salud acató hasta 2014, momento en el que toma su lugar el maestro Gamba).
Entre los puntos que dieron pie a escoger a Guanajuato como ciudad cervantina fue que, en junio de 1955, el publicista de origen español, exiliado en México, don Eulalio Ferrer, entregó la medalla de oro a Enrique Ruelas Espinosa por su labor como impulsor de la obra de Cervantes.
A casi 20 años de su presentación ininterrumpida, los Entremeses llamaron la atención del entonces presidente Luis Echeverría Álvarez, quien propuso en 1972 la creación de un festival cultural internacional. La tradición de los Entremeses Cervantinos fue lo que condujo a que fuera Guanajuato su sede definitiva, pues se dio cuenta del fenómeno social y cultural que estaba en desarrollo.
La inauguración del festival aconteció el 29 de septiembre de 1972 en la Plazuela del Quijote, que se ubica en Mineral de Cata, con la presencia de Agustín Olachea Borbón, quiere era el jefe del Departamento de Turismo; Manuel M. Moreno, gobernador de Guanajuato y los integrantes del patronato del Festival, entre lo que se puede mencionar a la actriz Dolores del Río.
A 68 años de existencia, el Teatro Universitario sigue más vivo que nunca, mantiene el espíritu de la literatura de Miguel de Cervantes Saavedra; personas de diferentes partes del mundo han sido testigos de este movimiento artístico, cuya casa siempre es y será la famosa Plazuela de San Roque.
