Las Poquianchis una historia de horror mexicano

Las autoridades encontraron fosas clandestinas con restos de cerca de 80 mujeres, 11 hombres y varios cuerpos de menores de un año de edad: fueron sentenciadas a 40 años de prisión

Irapuato, Guanajuato.- Las Poquianchis eran cuatro hermanas conocidas por ser asesinas seriales que cometían sus crímenes entre Guanajuato y Jalisco; dos de ellas murieron en Irapuato. Las asesinas, pudieron haber terminado con la vida de al menos 150 muchachas a quienes prostituían y cuando ya no les “servían” terminaban con su existencia.

Las hermanas Carmen, María de Jesús, Luisa y Delfina González Valenzuela enterraban los cuerpos de sus víctimas en la ciudad de Purísima del Rincón; ellas eran propietarias de algunos burdeles que se situaban en los Estados de Guanajuato y Jalisco, donde obligaban a prostituirse a un sin número de mujeres.

De acuerdo a un dato estadístico fueron 91 las víctimas asesinadas por “Las Poquianchis” pero otras versiones señalan que pudieron ser hasta 150 homicidios los que efectuó este grupo criminal entre los que se encontraban algunos clientes de las prostitutas; ella llegaron a ser consideradas las asesinas seriales más peligrosas incluso por encima de que cualquier delincuente del sexo masculino.

Según testimonios de prostitutas que lograron su libertad las hermanas González Valenzuela asesinaban a sus sexoservidoras cuando ya no les eran útiles para su prostitución, así mismo hubo casos de prostitutas que resultaban embarazadas por la actividad sexual constante que tenían y “Las Poquianchis” asesinaban a los bebés recién nacidos o en su defecto las obligaban a practicar el aborto.

Dos de “Las Poquianchis” perdieron la vida en la cárcel de Irapuato, primero murió Delfina a la edad de 56 años en octubre de 1968, posteriormente María Luisa falleció a causa de cáncer hepático en noviembre de 1984, María de Jesús cumplió su condena en prisión y tiempo más tarde perdió la vida.

¿Por qué les decían las Poquianchis?

La red de explotación estaba regenteada por tres hermanas: Delfina, María de Jesús y María Luisa González Valenzuela, originarias del estado de Guanajuato a quienes se les conoció como “”Las Poquianchis”, en alusión al nombre de uno de los prostíbulos que administraban.

Su padre fue un policía del gobierno porfirista, alcohólico que maltrataba a sus familias. Además, se dice que obligó a las hermanas a presenciar la tortura de detenidos durante su infancia.

Las hermanas González Valenzuela reclutaban a jovencitas de 13 años en adelante y en algunos casos también eran vendidas ante la pobreza de diversas familias de campo, con la promesa de que les conseguirían trabajo como trabajadoras del hogar, pero todas eran explotadas sexualmente principalmente en una cantina llamada “La Barca de Oro”, ubicada en la ciudad de León.

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