Irapuato, Guanajuato.- Hablar de la muerte en la sociedad mexicana a lo largo de los años ha sido en ocasiones tabú, pues claro está que a ninguna persona le gustaría pasar por esta situación a pesar de ser parte inevitable de nuestro trayecto por este “mundo terrenal”. Si bien la muerte también ha sido celebrada desde nuestros ancestros con la premisa de que, “recordando a los muertos, jamás se habrán ido del todo”, tenemos que reconocer que aunque te pintes de calavera o catrina en estas fechas, tienes un poco de temor a ella.
Este no es el caso de Benjamín Javier Tezcuano González, quien es Gerente General de Funerales Tezcuano, empresa con más de 30 años en la región, y quien tiene en su experiencia alrededor de 40 años laborando en este ámbito. Él acepta que su carácter se ha ido transformando a ser un poco más frio, a pesar que durante su trayecto, ha tenido algunas experiencias que lo han marcado. “El mexicano es muy valiente, pero le tocas el tema de la muerte y se espanta, nosotros tratamos de educarlos, cuando tocábamos puertas les decíamos que íbamos a vender servicios funerarios, ya que nos hemos dado cuenta que el día que en realidad se necesitan los servicios, ese día las personas moralmente están desechas y muchas veces económicamente de igual manera”.
Dicha empresa, se dedica a vender servicios funerarios así como lotes en los diversos cementerios de la localidad. Transformando la forma de ofrecerlos, pues el Gerente señaló que sus clientes lo prefieren y conocen por su trato, y accesibilidad de pagos. Asimismo enfatizó que “no tiene reglamentos” pues permite que accedan, niños, recién nacidos, alimentos, música, “son las costumbres folclóricas del pueblo mexicano” dijo.
¿Cuánto te cuesta que “alguien” se muera?
Los diversos paquetes de servicios funerarios incluyen, ataúd metálico sencillo, capilla, velación y tramites en todas las dependencias oficiales (excepto el pago de impuestos), una carroza para llevar el cuerpo a la iglesia y de la iglesia al panteón tiene un precios de 7 mil 500 pesos, y lo puedes adquirir con un enganche de 1 mil 500 pesos, lo demás puede ser pagado a meses.
Existe otro servicio que incluye un ataúd de mejor calidad, un servicio de capilla con servicios de cafetería, edecán, “un servicio un poco más elegante”, cuesta 10 mil pesos, que también puede ser fraccionado a pagos cómodos.
“Hay ahorita un nuevo servicio ahorita que está de moda, el cremar, ya no quieren sepultar, ahorita con la nueva era, de cada 10 personas, 5 quieren incinerarse, se le da el mismo servicios, se le da ataúd de primera, cuerpo, cafetería, se lleva a misa, luego de la misma se lleva al crematorio, se les da una urna con sus cenizas”, lo que tiene un costo de 13 mil pesos, señaló el señor Tezcuano, de igual manera se puede pagar en mensualidades.
El precio del espacio de renta en los diversos panteones no se incluye y varía dependiendo del mismo. Ya como servicio extra se ofrece el embalsamamiento de cuerpos, que está en un precio de 3 mil pesos.
Estando en este trabajo en “contacto” con la muerte, lo que más ha marcado al señor, Benjamín Javier Tezcuano González…
“Me ha marcado que he tenido que velar y enterrar a mi padre, a mis sobrinos, a mi hermano y ver que en este servicio, es cuando uno se da cuenta de la calidad humana. Además me ha tocado ver que traen a velar algún cuerpo, cuando aún no han enterrado al muertito y ya se están peleando por la herencia, que lastima que sean personas interesadas que no den el valor y respeto a su ser querido” señaló. Asimismo agregó que lo ha marcado todo lo contrario, personas muy entregadas a sus seres queridos.
Además platicó que en su trabajo en un punto de su vida, se volvió, frio, comercial, “todo lo marcaba, otro cliente, otra caja, otra venta, llegó un momento en el que si sientes presencia divina, o presencia obscura, por lo empiezas a pensar que si hay algo más después de la vida, y como te portes con los muertos, así te va ir”.
El señor Tezcucano dijo que en más de una ocasión también ha tenido la experiencia de percibir que alguien pasa al baño de su lugar de trabajo, “almas que se desprenden de su cuerpo, por lo que les hago una oración” concluyó.
