La historia de la monja que fingió su muerte para disfrutar de una vida de “lujuria carnal”

Cuando el plan “astuto y perverso” fue descubierto por sus superiores y se dieron cuenta que la monja nunca murió, la orden fue envuelta en un escándalo

Historiadores especializados en la Edad Media descubrieron la anécdota de una monja del siglo XIV que fingió su propia muerte con tal de escapar de su convento y huir a una vida de “lujuria carnal”.

Este fue el fascinante hallazgo de un grupo de académicos que investiga los archivos de la Universidad de York (Reino Unido). El proyecto consiste en la digitalización de los registros guardados por William Melton, arzobispo de York, de 1317 a 1340.

En uno de los 16 tomos que forman parte del registro, se encontró una pequeña nota escrita en latín en 1318 sobre una monja benedictina identificada como Juana de Leeds.

La nota es una advertencia a la monja, redactada por el arzobispo Melton, instándola a regresar al convento. Según los historiadores, la monja ejecutó un formidable plan para escapar de su vida como religiosa (“como un sketch de Monty Python, dice un historiador). Cuenta el propio arzobispo:

Con la ayuda de muchos cómplices y malhechores, creó con malicia un maniquí a la semejanza de su cuerpo [para] engañar a los fieles devotos. […] Ella tuvo la desvergüenza de procurar su falso entierro en un espacio sagrado para los religiosos del lugar

Luego de “haber roto sus votos y descartando el hábito religioso”, Juana de Leeds“pervirtió su camino de forma arrogante”, todo esto a cambio de “la lujuria carnal, lejos de la pobreza y la obediencia”, para ser más preciso, en el pueblo de Beverley, a 30 millas de su convento. Y añade:

Ahora deambula fuera a pesar del peligro que supone para su alma y del escándalo que existe en toda la orden.

Cuando el plan “astuto y perverso” fue descubierto por sus superiores y se dieron cuenta que la monja nunca murió, la orden fue envuelta en un escándalo.

“Desafortunadamente, y aunque es muy frustrante, no sabemos qué pudo suceder con ella,” dijo la profesora Sarah Rees Jones, investigadora del proyecto. “Hay bastantes casos de monjes y monjas que abandonaron su monasterio y de los que no sabemos nada.”

Quizás algún día sabremos qué fue de esta monja que logró burlarse de la Iglesia para dedicarse a una presunta “vida de indecencia.”

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